Preservar la memoria de un pueblo tiene que ver con el origen, con la identidad. Durante siete décadas fueron el motor económico y social de Tafí Viejo, comunidad que creció junto a los Talleres Ferroviarios, cuya construcción se inició en 1902. Se inauguraron en 1910 en el marco de las celebraciones del centenario de la Revolución de Mayo. Comenzó a funcionar con normalidad dos años después. Llegaron a la Ciudad del Limón muchos inmigrantes.
En 1950, el plantel de 5.663 trabajadores producía 24 vagones de carga, 11 coches de pasajeros y dos locomotoras a vapor por mes, además de cinco toneladas de repuestos para el material rodante del Ferrocarril General Belgrano, que recorría 14 provincias argentinas. Numerosas instituciones deportivas, sociales y culturales nacieron al calor de los Talleres, que se transformaron la ciudad de Tafí Viejo. Los Talleres fueron cerrados durante la última dictadura en julio de 1980 y reabiertos en 1984 durante el gobierno de Raúl Alfonsín. En 1993 fueron trasladados a la órbita provincial y en 1996, fueron cerrados por el entonces presidente Carlos Menem.
En 2003, el presidente Néstor Kirchner anunció su reapertura y la rehabilitación progresiva de las líneas de producción. Desde 2005, dos de las 22 hectáreas del predio industrial, que están en funcionamiento, cuenta con un museo ferroviario que ha sufrido algunos parates y ha recibido en 2021 una bocanada de oxígeno. El Fondo Ibermuseos para el Patrimonio Museológico 2020 concedió cinco subsidios en toda América del Sur, y uno de los beneficiados el Museo Ferroviario de Tafí Viejo, el único de la Argentina. El director del Instituto Superior de Estudios Sociales, Daniel Campi, señaló que a diferencia de El Cabildo o la Casa Histórica, este museo es comunitario con un valioso patrimonio que está en peligro, además es archivo y biblioteca y cuando este proyecto esté funcionando va a ser las tres cosas. “En el archivo, estará la historia de los más de cien años de los Talleres. La Municipalidad de Tafí Viejo y el Conicet se incorporan a la nueva estructura del museo, hay un consejo de administración, donde integrado por la Asociación de Amigos del Museo, que son básicamente trabajadores, un representante de la Municipalidad y yo que estoy por el Conicet”, afirmó.
En una primera etapa, el equipo de trabajo realizó la estabilización del material de archivo: papel y fotografía en soporte papel y una colección de más de 3.000 placas de vidrio. El investigador comentó que se trabajó en la recuperación planos en papel y también documentos de muy distinto tipo. Se comenzaron a catalogar las fotos y a digitalizarlas. El objetivo es recuperar la memoria del patrimonio no tangible o inmaterial. El museo tendrá su sala, su biblioteca, podrá funcionar como centro cultural. “Estamos apostando a algo que tiene que ver con un modelo de país”, aseveró.
En buena hora que la Municipalidad, el Conicet y Los Amigos del Museo hayan decidido trabajar en forma conjunta en la recuperación esta entidad para la vida social y cultural de Tafí Viejo. Su puesta en valor no solo será de interés para los tucumanos interesados en conocer parte de su historia, sino también una atracción para el turismo. Se trata, por cierto, de mantener la memoria viva de un pueblo.