“Se formó un buen equipo, con mucha química. Había jugadores ganadores. Se notaba en la cancha, podíamos ir perdiendo por 20 y lo dábamos vuelta al partido, no era lo ideal, pero teníamos personalidad. Todos tenían su rol, nadie era la súper estrella del equipo”, recuerda Raúl Rodríguez, integrante del plantel que logró el ascenso a la Liga Nacional.
El sábado 27 de mayo de 2000, Belgrano entraba a la historia grande, luego de derrotar a Gimnasia y Esgrima de La Plata, por la final del TNA y así, obtener un boleto a la Primera división.
Aquel gran plantel dirigido por Alberto Marti, estaba conformado por Diego Sánchez, Raúl Rodríguez, Cristian Aragona, Jorge Corbalán, Humberto Manzo, Sergio Ale, Oscar Arce, Eduardo Palazzo, Diego Maggi, Lauro Mercado y el estadounidense Eddie Washington.
“Eddie se amigó tanto, que era un tucumano más. Él, a pesar de que era muy joven, se identificó con el grupo. Se adecuó al equipo, a la provincia y a los hinchas”, contó “Mocho” sobre el neoyorquino. Tal fue la algarabía por ese equipo, que el estadio Defensores de Villa Luján, colapsaba en cada encuentro del “Patriota”.
Rodríguez, además de acordarse de la noche que los consagró, recuerda la rivalidad que había en ese entonces en el básquet.
“Hubo un partido con Ciclistas de Junín, que ganamos de visitante. Cuando terminó, íbamos para un bulevar y nos paran hinchas de Argentinos, el clásico de Ciclistas para abrazarnos y besarnos”, aseguró con melancolía.