Nada mejor que arrancar un año con buena imagen. Osvaldo Jaldo se encontró con un perfil impensado al iniciarse este 2022. CB Consultora de Opinión Pública, una empresa cordobesa que desde hace varios años viene midiendo el nivel de aceptación social y política de los gobernadores y de los principales intendentes de la Argentina ha ubicado al tranqueño entre los 10 mandatarios con mejor imagen en el país. La empresa dirigida por el politólogo cordobés Cristian Buttié había cerrado 2021 con Juan Manzur en la posición 18 sobre 24 jurisdicciones, pese a que el médico sanitarista ya estaba ocupando la titularidad de la Jefatura de Gabinete Nacional. Sin embargo, en la sociedad tucumana aún se lo identificaba -y gran parte cree que puede retornar al cargo- como mandatario, tomando en cuenta el ejercicio interino del vicegobernador al frente del Poder Ejecutivo.
Esta encuesta, realizada justo el Día de Reyes, ha causado múltiples lecturas en el entorno oficialista y también en el mismo despacho gubernamental del primer piso de la Casa de Gobierno . Aquí algunas reflexiones de poder:
• Independientemente de que la posición es alentadora para las aspiraciones electorales de Jaldo, la construcción de una imagen no tiene efectos coyunturales. El vicegobernador debe recorrer un sendero de gestión que, en cierta medida, puede catapultarlo como candidato natural a la gobernación en 2023. Pero ese proyecto político-electoral no es personalista. Depende de varios factores, de la conjunción de distintos planetas del Frente de Todos para revalidar el título.
• Si bien no ha cosechado una buena imagen en su propio territorio, Juan Manzur tendrá mucho que ver en el futuro político del tranqueño. Sencillamente porque el jefe de Gabinete es hoy el dueño de la billetera nacional que puede abrirle a su compañero de fórmula las puertas a la inversión pública. El Gobierno aguarda que las iniciativas nominadas en decenas de convenios comiencen a hacerse realidad. Algunas de ellas tienen fecha de inicio para la segunda quincena de este mes.
• El sondeo de la consultora CB ha marcado el punto de partida o la carta de presentación de Jaldo como dirigente a nivel nacional. No hay que perder de vista que, antes de la dispuesta de marzo pasado con Manzur, el tranqueño sólo hacía incursiones de cabotaje político, pero rara vez viajaba a Buenos Aires para encuentros federales, independientemente de la pandemia de la Covid-19. En la actualidad, el vicegobernador a cargo del PE sigue acumulando millas aéreas y todo indica que continuará en esa tarea a lo largo de este 2023, si es que Manzur no decide volver.
En una charla con LA GACETA, Cristian Buttié advierte que la construcción de una imagen propia a nivel nacional es una tarea que, a cualquier dirigente, puede demandarle varios años. “Esta medición, sin embargo, marca un punto de partida, pero dependerá de él si se monta al sube y baja de la política, muy clásico en nuestro país”, acota el consultor. La imagen pública contribuye a subirse a esa plataforma de lanzamiento político en distritos que no son sólo los más grandes. Por caso, la última encuesta de CB Consultora, ha confirmado el liderazgo que el radical Gerardo Morales ha consolidado en Jujuy, con un 72% de aceptación, en un período en el que el gobernador y presidente del comité nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) está lanzado definitivamente a la carrera presidencial. Diferente es la situación del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, acostumbrado a sostenerse en la cima del sondeo, pero que ahora ha perdido tres puntos que lo relegaron a la octava posición en el ranking nacional. Una primera lectura que surge de este comportamiento de la opinión pública está relacionada directamente con la conducta de la dirigencia. La población, que viene padeciendo los efectos de una prolongada pandemia, se cansó de la grieta, de los halcones y de las palomas, de personalidades que hacen de la pelea su principal herramienta de armado político.
De relaciones institucionales
Jaldo, mientras tanto, vive una suerte de luna de miel en esa torre de Babel llamada Tucumán. Mientras intenta ponerle su impronta a la administración interina que le dejó Manzur, el vicegobernador ha montado en cólera con un informe económico y social que elaboró la Federación Económica de Tucumán (FET) y que, entre otras cuestiones, ha señalado que “la provincia de Tucumán es una de las más estancadas en términos económicos”. Como contador, Jaldo le ha solicitado al área de Planificación, a cargo de Julio Saguir, que conteste -punto por punto- cada afirmación del diagnóstico de la entidad empresaria. El propio presidente de la FET, Héctor Viñuales, tuvo que salir a aclarar que “la información se publica sin intencionalidades, ni partidismo; solo busca contribuir a la verdad de los indicadores económicos y sociales de la provincia”. En el Palacio de Gobierno no le creyeron. Voceros cercanos al gobernador interino apuntan que, antes, durante y después de la campaña, la FET se ha convertido en una sede de Juntos por el Cambio, por la que pasaron todos los dirigentes nacionales del espacio opositor. Aún más, observan que el Gobierno local ha tomado en cuenta la realidad del empresariado y apuntaló la actividad comercial con los $ 31.000 millones volcados desde inicio de diciembre hasta Reyes con el pago de sueldos. Para la conducción empresarial, ese razonamiento es una simple interpretación de los hechos, ya que ese histórico edificio también tuvo las puertas abiertas para recibir a cuanta personalidad del oficialismo llegó a la provincia. Y, sin embargo -consideran-, el Gobierno no la ha tenido en cuenta. Ambos asientan sus posturas en las mismas estadísticas oficiales, pero con distintas visiones. Una verdadera torre de Babel tucumana.
Relaciones Institucionales será una de las materias que este año deberá rendir la gestión Jaldo. El caso de la FET pudo hacerse dado, por ejemplo, en oportunidad de la visita del mismo vicegobernador a la inauguración de la Expo Tucumán, el año pasado. El presidente de la Sociedad Rural, Sebastián Murga, incursiona en política con un discurso distante del oficialismo gobernante y hasta fundó un partido que está en la estructura de Juntos por el Cambio: CREO, un partido que viene expresando públicamente sus desacuerdo con algunas decisiones institucionales.
Rara vez el sector privado ha sido afín a la Casa de Gobierno en tiempos electorales. En el peronismo siempre hubo presunción de que las empresas siempre apostaron a la oposición. De allí las permanentes tensiones entre gobernantes y hombres de negocios. Sin embargo, Tucumán necesita de gestos de grandeza de ambos lados del mostrador. Las tensiones políticas e institucionales se calmarán en la medida que haya proyectos colectivos y no pensamientos personalistas. La provincia necesita de una conjunción de acciones que tiendan a mejorar los indicadores socioeconómicos, más allá de las miradas que puedan realizarse respecto de esos cuadros estadísticos. Ese debió haber sido el horizonte de los distintos factores de poder. Tal vez este sea el período para arrancar con una verdadera recuperación de una provincia que, más allá de la coyuntura de crisis, sigue siendo el corazón socioeconómico de la región.