Cortes de luz: el padecimiento de una mujer electrodependiente de Concepción
Los cortes de energía eléctrica no solo generan fastidio o condicionan la rutina diaria en el hogar, sino también genera riesgo de vida para un sinnúmero de personas que sobrellevan alguna grave enfermedad.
En Concepción, una mujer, de 92 años, es electrodependiente y necesita que el servicio de luz sea constante. En abril contrajo covid-19 y sobrellevó a partir de ese momento secuelas de la enfermedad. “Una de ellas es ser dependiente de un respirador portátil para poder vivir, sea un tubo o una mochila”, contó Patricia Lunardello, hija de la paciente.
Ante esa situación, la vecina de “La Perla del Sur” inscribió a su madre en el Registro de Electrodependientes por Cuestiones de Salud de la Nación (RECS), como también de la provincia. Mediante este programa, los usuarios inscriptos “tienen derecho a reclamar un equipamiento que asegure una provisión de energía continua y estable en el caso de alteración del suministro regular”.
Como los cortes de electricidad en esa ciudad no son programados, sino que pueden sorprender a los vecinos en cualquier horario, Lunardello reclamó que el Gobierno, a través de los entes correspondientes, o las empresas vinculadas al sistema de electricidad, como EDET, suministren “una línea de teléfono segura para poder comunicarme en caso de emergencia, cosa que no cumplen, o la instalación de una línea especial de luz”.
La hija contó que vivió días de mucha “desesperación” por los cortes de hasta cuatro horas en el suministro de luz, y que no había recibido desde octubre el grupo electrógeno que había requerido para hacer funcionar al equipo.
Y relató: “Salí desesperada a buscar ayuda porque veía a mi madre dar bocanadas como un pez fuera del agua". "Gracias a Dios, uno de mis amigos me prestó su grupo electrógeno. Pero no es mío y lo tengo que devolver”, afirmó, entre otras referencias.