Sea por las reuniones de Navidad y Año nuevo o por planes de viajes en vacaciones, aumentó la presencia en los centros febriles para realizarse un hisopado. Hubo filas interminables de sintomáticos y asintomáticos, algunos disgustados, por la espera de más de tres horas para hacerse los testeos.
El lunes, el gobernador, Osvaldo Jaldo, anunció que se duplicará la capacidad de atención en las guardias febriles, para solucionar las aglomeraciones y acortar el tiempo de espera. Sin embargo, Pablo Marengo, director del Hospital de Día Néstor Kirchner, dijo que las filas se evitarían si la gente se dirigiera hacia los lugares indicados y en el momento correspondiente.
El problema tiene su fundamento no sólo en la idiosincrasia de los tucumanos -ya que prefieren hacer filas de más de una cuadra y no dirigirse a otro centro rápido de testeo- sino, también, en que se minimiza la importancia de los cuidados. “Ya no usan barbijo, no toman distancia y asisten a eventos masivos, entonces las consecuencias son sabidas y automáticas”, aseguró Marengo.
Una de las quejas que más se escucha tiene que ver con la respuesta que obtienen desde Salud con respecto a los contactos estrechos. Algunas de las personas que van a testearse lo hacen apenas se enteran del contacto positivo sin dejar pasar la cantidad de días indicados por las normativas vigentes. Al no presentar ninguna sintomatología, lo que corresponde -según el protocolo de Salud- es aislarse de cinco a siete días y, una vez cumplidos, recién realizarse un hisopado. Al ser consultado, el director sostuvo que “se tergiversa la información sobre lo que es un contacto estrecho. Esto es: sin barbijo, más de diez minutos, menos de dos metros de distancia y en un lugar cerrado. Si las normas se cumplen se evita toda esa cadena de miedos que lleva a las personas a saturar el sistema”.
Frente a esta situación, las personas suelen mentir los síntomas y de este modo consiguen ser testeados. “Nunca se quieren aislar y mucho menos los jóvenes, no quieren pasar solos las fiestas. Si mienten y no se hisopan en los días correspondientes lógicamente les dará negativo”, afirmó. Agregó que otra de las causas en la exageración de los síntomas es por las vacaciones. “Vienen porque quieren viajar. Mienten los síntomas y se les hace el test rápido. Después reclaman que necesitan un PCR”. Además, sostuvo que los testeos que se realizan únicamente con el fin de viajar en vacaciones corresponden al ámbito privado, no pueden correr por cuenta del Sistema de Salud Pública.
En este sentido, una mujer que aguardaba su turno en la interminable cola contó a LA GACETA que por el nacimiento de su nieto debía viajar a Buenos Aires y que desde la empresa de micros le solicitaban el PCR negativo y el pase sanitario con las dos dosis aplicadas. Se comentó que las obras sociales no estarían haciéndose cargo de los hisopados, y los precios del test de Antígeno y PCR con resultados en el día rondan los $ 5.000. “Por eso vengo para aquí a ver si pueden dármelo”, dijo la mujer.
Otro hecho que favorece a la congestión en los centros febriles es la preocupación por descartar o confirmar la Covid, ya que los síntomas que provoca el virus son similares a los que ocasionan los cambios bruscos de temperatura por el uso de aire acondicionado: dolores de garganta, dolores corporales o diarrea. Marengo detalló que en los últimos meses la curva de testeos venía con suba los días de semana y bajaba los sábados y domingos. Sin embargo, en las últimas semanas se mantiene una constante en la cantidad de personas que se acercan al hospital a hisoparse. Además, contó que se realizan alrededor de 400 testeos diarios, de los cuales el 20% arroja resultado positivo. Y remarcó que los lugares que reciben más gente son el Centro de Salud y el Kirchner. (Producción periodística Graciela Graciela di Vico)