El avance de la variante Ómicron genera preocupación en todo el mundo. Si bien todavía se desconocen los alcances en cuanto a la gravedad de la cepa detectada en Sudáfrica hace un mes, los científicos tienen claro que esta mutación presenta un nivel de propagación mayor que Delta y las demás variantes de la covid-19.
Esta situación se evidencia en las cifras de los reportes epidemiológicos de los distintos países. Y un ejemplo del impacto de Ómicron quedó plasmado en Francia, que este sábado superó por primera vez el umbral de 100.000 contagios diarios y alcanzó un nuevo récord en sus registros, a casi dos años del inicio de la pandemia.
Según el informe oficial, fueron 104.611 los nuevos casos confirmados en apenas 24 horas.
Se trata del segundo día consecutivo en el que el país galo rompe sus propios registros: ayer, había sumado 94.000 contagios, lo cual había encendido las luces de alerta entre las autoridades.
El informe oficial señala que hay 16.162 personas hospitalizadas, de las cuales 3.282 se encuentran en unidades de cuidados intensivos.
Por otro lado, el Ministerio de Salud confirmó la muerte de otras 84 personas debido a complicaciones por coronavirus, según la emisora local LCI.
El Gobierno hará una reunión de todas las áreas involucradas el lunes, en la que se analizará la imposición de nuevas restricciones para tratar de contener la expansión de la nueva variante Ómicron.
La agencia sanitaria francesa reveló que en tres semanas se duplicó la cantidad de contagios diarios.
El vocero del Gobierno francés, Gabriel Attal, dijo que la situación del coronavirus en Francia es crítica y que el país está al borde de una nueva ola de la enfermedad causada por la nueva variante.
Según el ministro de Salud, Olivier Véran, esta mutación del coronavirus se volverá dominante en el país en los próximos días.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera "preocupante" la nueva variante debido a que tiene un gran número de mutaciones puede provocar mayor riesgo de reinfección en comparación con otras variantes, y advirtió de que el riesgo global “es muy alto".