Controlar los excesos en Navidad y Año Nuevo suele ser un desafío difícil de cumplir. En medio de las celebraciones, las risas y los momentos de distensión se camuflan las tentaciones, que nos llevan, casi de forma imperceptible, a perder la cuenta de cuántas porciones vamos ingiriendo.
Los festejos de estas fechas tienen como uno de sus protagonistas a exquisitos platillos tradicionales y, más allá de los gustos, que varían entre familias, el resultado es el mismo: mucha comida (en su mayoría, altamente calórica) y mucha bebida (en particular, azucarada y/o alcohólica).
Aunque muchos especialistas recomiendan descontracturar un poco la rutina alimenticia y disfrutar del momento, también advierten que se puede hacerlo con moderación para evitar malestares en los días posteriores.
En diálogo con LA GACETA, la licenciada en Nutrición, Priscila Aiachini, explica que cuando comemos en exceso se dificulta la digestión normal de nuestro cuerpo, por lo que aparecen síntomas como cólicos, inflamación, distensión abdominal, fatiga, cansancio, entre otros. Y si a esto le sumamos la ingesta de alcohol, puede presentarse dolor de cabeza, debilidad y distintos tipos de trastornos hepáticos.
“En esta época es normal comer diferente e incluso un poco de más, pero no por eso tenemos que caer en los atracones”, afirma.
Aiachini brinda algunos consejos para tener en cuenta al momento de alimentarnos en estos días:
1-Respetar todas las comidas y horarios. Es importante no saltarse comidas y hacer meriendas para evitar la glotonería de la noche.
2- Agregar a cada comida frutas y verduras según corresponda para aportar frescura, bajar el valor calórico del plato y dar saciedad.
3-La hidratación es muy importante. El agua cumple muchas funciones en nuestro cuerpo, transporta energía, vitaminas y minerales. Ayuda a que se desarrolle correctamente la digestión, a eliminar los tóxicos y desechos, evita la constipación, y regula nuestra temperatura corporal. Por eso, es fundamental no olvidarse de tomar agua.
4-Se aconseja hacer una caminata, ir a una plaza (en horarios prudentes) y disfrutar al aire libre.
Por su parte, la Nutricionista Laura Hidalgo desmitifica un punto fundamental: privarse de comidas para comer solo en la noche no tiene resultados positivos.
“Es muy importante antes del evento no saltarse comidas. El hecho de privarse de alguna comida antes de la fiesta llevará a un exceso más tarde, ya que con esto conseguiremos llegar con muchísimo más hambre y comer más de lo que deberíamos”, señala.
La profesional sostiene que luego de las fiestas suele haber un aumento de peso de dos a cinco kilos, por lo que resulta conveniente prevenir la situación y controlarla teniendo en cuenta ciertos hábitos y conductas. “Diciembre es un mes de cenas de fin de año familiares, laborales y con amigos. Sumado a la Navidad y el Año Nuevo viene acompañado de varios kilos de más si no tenemos en cuenta los excesos de comida, postres y bebidas”, agrega.
Hidalgo advierte que hay que prestar particular atención a los alimentos que tienen un valor calórico elevado, además de grasas saturadas y los que contienen gran cantidad de sodio. En ese esquema entran las salsas (principalmente las que contienen crema de leche, mayonesas, miel, salsa de soja, entre otros); los embutidos; las bebidas azucaradas, y los postres.
Sobre el consumo de bebidas alcohólicas, subraya que hay que tener en cuenta las que más calorías presentan como los tragos con azúcar, licores azucarados. “No es solo el aporte de calorías vacías, sino también inciden en nuestro sistema nervioso central, por lo que es importante moderar su ingesta”, precisa.
Tanto hoy como mañana, Hidalgo recomienda seguir estas pautas:
-Consumir alimentos depurativos, que estimulan los órganos, alivian la pesadez estomacal, el dolor, las flatulencias, y la sensación de hinchazón. Podemos encontrarlos en vegetales como la espinaca, lechuga, espárragos, rúcula, naranja, té digestivos, té verde, limonada con menta, jengibre y stevia.
-Mantener el plan de un menú liviano, que incluya una proteína baja en grasa como pechuga de pollo, pescado, huevo, verduras verdes, ensaladas y beber por lo menos 2 litros de agua para mantener la hidratación y eliminar la posible retención de líquidos.
En tanto, la licenciada en Nutrición Pamela Peyrel, remarca que no existe el alimento bandera roja o prohibido, sino que todo gira en torno a la moderación. Esa es la clave.
“Deberíamos pensar que estas fiestas marcan el fin de un año, no del mundo. Tendremos muchos encuentros más para disfrutar de la comida. Todos sabemos que, fisiológicamente, comer en exceso genera malestar estomacal e indigestión”, indica. Pero, además, advierte sobre una cuestión de la que poco se habla: los excesos también están asociados con sentimientos de disgusto y culpa por la falta de control.
“Mi consejo para quienes se están cuidando, o buscan bajar de peso, es que no hagan dieta ni restricciones en estos días. Una opción es simplemente comer menos, disfrutar de la comida, ingerir despacio y reanudar el cuidado alimentario a la mañana siguiente”, finaliza.