WASHINGTON, Estados Unidos.- El ex presidente de Estados Unidos Donald Trump (presentó un recurso ante el Tribunal Supremo para mantener ocultos unos 700 documentos sobre el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, en el que murieron cinco personas.
El republicano busca impedir que los Archivos Nacionales de Estados Unidos, que tienen la custodia de esos documentos, se los entreguen al comité de la Cámara de Representantes que investiga el suceso.
El contenido exacto de esos documentos se desconoce, pero se cree que hay correos electrónicos, borradores de discursos y registros de llamados y visitas que podrían revelar qué pasó exactamente en la Casa Blanca durante el asalto al Capitolio y los días que rodearon ese suceso. Trump ha pedido a sus cercanos que no colaboren con la investigación del Parlamento.
En el recurso, los abogados de Trump defienden que él “no es un ciudadano cualquiera” y que, como ex presidente, goza de derechos especiales reconocidos en la doctrina del “privilegio ejecutivo”, lo cual significa -argumentan- que no pueden divulgarse sin su permiso ciertas informaciones.
Como el millonario ya no es presidente, todos los jueces que han considerado el caso han determinado que ya no goza de ese “privilegio ejecutivo”.
“Si no hay una intervención judicial, el ex presidente Trump sufrirá un daño irreparable”, alega su equipo legal. El comité que reclama los documentos fue creado por la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y está formado por una mayoría de congresistas demócratas, aunque hay dos integrantes republicanos -Liz Cheney y Adam Kinzinger- enfrentados con Trump.
El caso se remonta a principios de octubre, cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, autorizó a los Archivos Nacionales a entregar los documentos al comité.
Pocos días después, el 18 de octubre, Trump interpuso una demanda ante la corte federal de Washington D.C., pero en noviembre una jueza de esa instancia falló en su contra.
Los abogados del ex mandatario recurrieron ese fallo y acudieron ante la corte de apelaciones del Distrito de Columbia, que el 9 de diciembre también desestimó el recurso, pero le dio un plazo de 14 días a Trump para apelar ante el Tribunal Supremo.
El pasado 6 de enero, unos 10.000 simpatizantes de Trump marcharon hacia el Capitolio y cerca de 800 irrumpieron en el edificio para impedir que se ratificara la victoria de Biden en las elecciones de noviembre de 2020. Cinco personas murieron y unos 140 agentes fueron heridos. A lo largo del año, cuatro de ellos se suicidaron.
Trump tuvo que entregar el poder, pero no resignó nunca a la narrativa de que había sido víctima de un fraude. Ayer anunció que ofrecerá una rueda de prensa el 6 de enero, un año después de los letales disturbios que se le acusa de instigar.
Dijo que hablará de los acontecimientos de ese día, en el que sus simpatizantes marcharon hacia el Capitolio después de escucharlo en un discurso en el que los instó a “pelear como el demonio”. Más de 700 personas fueron detenidas en relación con el ataque al Capitolio.
La conferencia de prensa será en el complejo turístico de Trump en Palm Beach, en el estado de Florida, dijo, y repitió sus afirmaciones, demostradas como falsas, sobre la validez de las elecciones de noviembre de 2020, que ganó por amplio margen por el demócrata Biden. (Reuters-Especial)