Así como antes sucedió con Delta, la variante Ómicron se ha convertido en la cepa dominante en la circulación comunitaria de la covid-19 en buena parte de Europa y en Estados Unidos. Mientras los investigadores recolectan información sobre la mutación detectada en Sudáfrica, cada vez más países recurren a una cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus como herramienta para hacerle frente a la propagación de la pandemia.
En Alemania, el nuevo ministro de Salud, Karl Lauterbach, advirtió sobre lo que podría ser una "masiva quinta ola" de contagios en ese país luego de las fiestas de Navidad y de Año Nuevo. En ese marco, consideró que será necesaria la implementación de una cuarta dosis, en los casos que corresponda por el paso del tiempo.
Este escenario ya se está dando en Israel, donde las autoridades anticiparon que se darán refuerzos a personas mayores de 60 años y a trabajadores de la salud que hayan recibido la tercera aplicación hace cuatro meses o más.
El estado de situación por la crisis que desató la covid-19 genera preocupación, luego de que la cepa Ómicron, detectada por primera vez en Sudáfrica en noviembre pasado, llegara a convertirse en dominante en buena parte del mundo a menos de un mes de su hallazgo.
Los investigadores buscan ahora reunir información para determinar las características de esa mutación.
Un estudio desarrollado por el Instituto Nacional para Enfermedades Transmisibles sudafricano concluyó que los infectados con Ómicron tenían un 80% menos de riesgo de ser hospitalizados, en relación con otras variantes, como Delta.
Si se llega a una instancia de internación, no obstante, el riesgo de una enfermedad severa no difiere con respecto a otras cepas del virus, advierte el informe, según publicó El Cronista.
Un segundo trabajo, esta vez realizado en Escocia por una agencia gubernamental y dos universidades, concluyó que la cepa Ómicron estaría asociada con una reducción de dos tercios en el riesgo de internación por covid-19, aunque sería más contagiosa que otras cepas.
Por su parte, en Londres efectuaron una tercera investigación al respecto. Según se determinó, el riesgo de internaciones por Ómicron disminuye entre un 40% y un 45% respecto a Delta; además, es significativamente menor entre las personas vacunadas que entre las no vacunadas.
"Nuestro análisis aporta evidencia de una reducción moderada del riesgo de hospitalización asociada con la variante Ómicron respecto a la variante Delta", dijo el epidemiólogo Neil Ferguson, uno de los autores del trabajo.
Al margen de estos estudios, Maria van Kerkhove, directora técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la pandemia de covid-19, aclaró que todavía no cuentan con datos suficientes para sacar conclusiones concretas sobre la gravedad de la nueva variante.
"Hemos estado pidiendo a los países que sean cautelosos, y que piensen realmente, especialmente ahora que se acercan las Fiestas", dijo.