23 Diciembre 2021
Irene Benito, periodista de LA GACETA, fue citada a prestar declaración indagatoria por la fiscala Mariana Rivadeneira, por una denuncia penal instada contra Benito por Alfredo Falú, funcionario público. Benito investiga, desde hace mucho tiempo, hechos ilícitos gravísimos que habrían ocurrido en Tucumán. Sucedió, entonces, lo insólito: la fiscala se negó a interrogar a la periodista que citó, impidiendo publicitar el acto, imponiendo un hermetismo violatorio de normas convencionales del Derecho Internacional de Derechos Humanos. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad y en juicio público (art.11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos). La fiscala Impidió a la prensa presenciar el acto, cuando conforme a la Convención Americana sobre Derechos Humanos todo proceso penal debe ser público. Solo podría impedirse su difusión pública si el hermetismo fuera necesario para preservar los intereses de la Justicia (art.8 del Pacto de San José de Costa Rica) El interés de la Justicia es evidenciar, en este caso, con transparencia y publicidad, que no se busca, en modo alguno, amedrentar o disciplinar al periodismo independiente. En esta causa está en juego la libertad de prensa que ostenta garantía constitucional (arts.32 y 33 CN, y 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros). El interés de la Justicia, en este caso emblemático contra la libertad de prensa, es demostrar públicamente que se actúa con independencia, para lo cual se imponía un interrogatorio a Benito. Sucedió todo lo contrario: la negativa a interrogarla y la simultánea prohibición del ingreso del periodismo para presenciar la audiencia, es una serie presunción de que se busca amedrentar al periodismp independiente. Gravísimo e inaceptable, por cierto.
Luis Iriarte
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