El director de Medio Ambiente de Yerba Buena, Pablo Quiroga, dijo que el municipio realiza un monitoreo preventivo del arbolado en la ciudad desde hace cinco años, aproximadamente.
“Nosotros consideramos al arbolado urbano como un servicio público y muchas veces tenemos una situación compleja en la cuidad. Yerba buena se caracteriza por su vegetación y el arbolado urbano. Pensemos que sólo en los espacios públicos tenemos 18.500 ejemplares, con una gran diversidad de especies. En muchos casos hay árboles longevos, como por ejemplos los tarcos y lapachos que superan los 80 años de edad. Por un lado esto nos enorgullece por el patrimonio natural y cultural, pero por otro tenemos que extremar los cuidados”, dijo Quiroga.
El funcionario comentó que hace unos cinco años se hizo un censo con la empresa EDET y que es una de las pocas ciudades que lo mantiene actualizado. “Ese censo se viene actualizando año a año y nos permite saber cuáles son las zonas críticas porque tienen ejemplares que son de un crecimiento complicado por el ambiente o porque son añosos. Eso nos permite tomar decisiones de intervenciones que hay que hacer. Buena parte de ciudad tiene líneas de media tensión que entran en conflicto rápidamente con el arbolado porque cuando las ramas tocan esos cables se corta la energía eléctrica eso hace que sea más complejo”, agregó Quiroga.
Quiroga agregó que el municipio cuenta con el monitoreo de prevención del equipo técnico, que está integrado por biólogos e ingenieros agrónomos que hacen los diagnósticos para determinar cuál es la situación. Además señaló que hay dos equipos importantes de poda, que tiene dos podadores profesionales, seis asistentes, un equipo de recolección de verdes que hace chipeo y banco de leña con el resultado de las podas.
Por ejemplo, la Municipalidad podó esta semana un tarco longevo que con las últimas lluvias se había inclinado por el peso de la copa. “Este ejemplar había comenzado a mostrar signos de enfermedad, cuando se inclina más de 45 grados se toma la decisión de reducir drásticamente la copa para quitarle el peso y evitar que ese ejemplar cayera en la propiedad privada. Pero se conservó una parte del árbol que volverá a brotar con el tiempo”, sostuvo.
"Este año, en un contexto de pandemia, se realizaron más de 800 podas preventivas, de las cuales el 50 por ciento eran ejemplares de riesgo", detalló Quiroga.
El especialista dijo que la extracción no es la primera opción, sino que se evalúa cada caso particular, se discute y se toma la decisión. “Una cosa no menor de la situación real de la provincia es el cambio climático. Es un escenario donde llueve mucho más, cae más agua en poco tiempo, satura los suelos. El arbolado es el mismo de hace 80 años pero las condiciones del clima son diferentes, y eso hace un panorama más complejo. Todos estos factores se toman en cuenta a la hora de tomar una decisión”, añadió.
Quiroga recordó que Yerba Buena tiene su vivero propio que produce árboles como lapachos, tarcos, fresnos y el vecino puede pedir el que quiera para reemplazar un árbol. Esto es sin costo para el vecino.
Por último, Quiroga recomendó a los vecinos que no pongan en sus veredas ejemplares que no son aptos para la zona, como álamos, alcanfores, gravileas, eucaliptus, que son especies de crecimiento rápido y entran en conflicto con los servicios urbanos. “En algunos casos tienen una historia natural que hace que se desprendan ramas con facilidad. La Municipalidad tiene reemplazo de eucaliptos por lapacho rosado y amarillo, se viene trabajando en la ciudad”, finalizó.