08 Diciembre 2021
El de ayer va a quedar registrado como uno de los peores días en materia de tensiones entre el Ejecutivo Nacional y la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El día, de por sí, arrancó mal. La vocera de la Presidencia, Gabriela Cerruti, anunció temprano que el Gobierno había enviado al Senado un proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura de la Nación y llevar de 13 a 17 sus miembros. Esa decisión busca anticiparse a un fallo desfavorable de la Corte, que tiene en estudio los planteos de inconstitucionalidad contra el último cambio de ese órgano, impulsado por Cristina Kirchner en 2006.
No fue una decisión elegante: el Gobierno podría haber esperado a que el ministro de Justicia, Martín Soria, lo anunciara en la reunión que tenía prevista para media mañana. Pero se ve que al funcionario no le fue bien en la audiencia con Horacio Rosatti (presidente), Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. A la salida, los acusó de “retrasar fallos de enorme trascendencia” mientras resuelven “en tiempo récord fallos que sólo son urgentes para la corporación judicial”.
Si es cierto que los jueces sólo hablan mediante sus fallos, la respuesta fue tremenda: dos horas después, la Corte votó el fallo que obliga a la Casa Rosada a devolverle a Santa Fe 86.000 millones de pesos por la quita de fondos de la Coparticipación Federal de Impuestos durante la presidencia de Néstor Kirchner.
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