Jaldo le baja la persiana a 2021
El año fiscal cerrará sin grandes contratiempos financieros. El Ejecutivo espera por el Presupuesto 2022 y proyecta una suba del 30% en el impuesto Inmobiliario. En el plano político e institucional, Jaldo no tomará ninguna medida que implique ruidos en la relación con Manzur. Por ahora no se observarán más cambios en el gabinete.
Si la gestión de Gobierno fuera un partido de fútbol, el gobernador de turno estaría dispuesto a firmar por el empate. El año se ha presentado difícil y cambiante tanto desde el punto de vista sanitario, como político y hasta económico. Tucumán ha tratado de ser una isla en medio de tantas complicaciones en un país que no puede salir de las crisis y que aún no ha encontrado la salida para tantos problemas acumulados. La Argentina tiene por delante un diciembre complicado: las escasez de reservas en el Banco Central, la falta de acuerdo con el FMI y la inflación, mantienen a la economía paralizada y complejizan la situación social, sobre todo por la presión inflacionaria, señala a LA GACETA Julio Picabea, director del Observatorio de la Pobreza de la Fundación León. A ello se agrega una nueva variable a este entramado complejo: el riesgo que representa la variante ómicron y sus consecuencias desconocidas. En términos políticos, la coalición gobernante sigue sin definir un norte claro: ¿cuál es el modelo de desarrollo para la Argentina? ¿Cómo se sale de una década sin crecimiento económico y sin generación de empleo genuino? Lo que si se observa con claridad es la definición de una narrativa consistente en responsabilizar de todo los males al gobierno anterior, indica el Magister en Políticas Públicas.
En el plano local, el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, mira de reojo una situación nacional que sabe compleja. Los resultados de las elecciones de medio término han cambiado la geografía política de la provincia mostrando un crecimiento de la oposición en relación con las PASO, apunta Picabea. Se ha acortado la diferencia de votos. A su criterio, esto abre una serie de interrogantes para el gobierno provincial: ¿Cómo podría impactar un agravamiento de la situación económica de la Argentina sobre el futuro político del gobierno? ¿Cómo se gestiona en el marco de profundas restricciones económicas y con una situación social sumamente compleja? ¿Puede el peronismo gobernante renovarse y proponer medidas innovadoras para seducir a sectores del electorado que reclaman un rumbo diferente para Tucumán?
Jaldo ha puesto como prioridad preservar la paz social en Tucumán. Y arrancó ese proceso con la confirmación del cronograma de pago a los casi 110.000 estatales. El plan arrancará el lunes 6 y terminará el viernes 10, con una inyección de dinero de unos $ 10.000 (entre el 80% del sueldo de noviembre y el bono extra), que puede revitalizar al sector comercial. Hacia el 15 de este mes se abonará el aguinaldo y la última semana del mes se abonará el 20% de los sueldos estatales. Hasta el 7 de enero se cerrará el esquema, con una erogación total de unos $ 31.000 millones, que apuntalarán el consumo provincial.
Cuentas sin déficit
La recaudación provincial y las transferencias de fondos federales han experimentado subas exponenciales que, por caso, le permitirán a Tucumán cerrar el año fiscal sin déficit en las cuentas. Si se mantienen las cifras de la ejecución presupuestaria hasta septiembre, al Ejecutivo le quedaría el equivalente a una planilla salarial mensual para iniciar el nuevo año, mientras que la Nación le habilitó un financiamiento de $ 6.500 millones para contingencias, que puede ser pagado en un plazo de hasta 18 meses.
Pensando en 2022, para este viernes se prevé que la Legislatura dictamine en favor del proyecto de Presupuesto, que ingresaría al recinto de sesiones el jueves 9, junto con un paquete de iniciativas para sostener las emergencias. En medio de esos proyectos, la Cámara tratará también un reajuste del 30% en el impuesto Inmobiliario para el año que viene, debido a la actualización de las valuaciones. En el Gobierno advierten que esa suba es inferior al promedio nacional (35%) y estará por debajo de la tasa de inflación proyectada par el año que viene. La esperanza de la gestión Jaldo está puesta en la muñeca política del jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, para motorizar los proyectos de obras públicas, cuya ejecución se prevé para 2022. Clemente Babot, economista y director de Políticas Públicas de la Fundación Federalismo y Libertad, señala a nuestro diario que el foco de la administración está puesto en la ejecución de planes de viviendas, en la red vial y en los trabajos de agua y cloacas. “Habrá que ver si se confirma la inversión federal y de dónde surgirán los recursos para ejecutar las obras proyectadas en el Presupuesto”, analiza. Babot puntualiza que el Ejecutivo también se asegura la discrecionalidad en el manejo de partidas presupuestarias, como una de $ 4.000 millones de la Secretaría General de la Gobernación, con la que se pretende subsidiar a desocupados -que figurarían como trabajadores temporarios- por un período determinado. “Sería interesante que el Gobierno establezca los criterios para que una medida de esa naturaleza no sea vista como una acción de tinte electoralista”, expresa.
La celeridad con la que se gestionen esas obras pondrá a pruebas a los funcionarios del gabinete. En el entorno del vicegobernador a cargo del Poder Ejecutivo señalan que allí se observará la verdadera muñeca política de los funcionarios. En consecuencia, será como una evaluación periódica de gestión.
Jaldo no tocará al elenco de ministros que ha designado el propio Manzur. La relación entre el vicegobernador a cargo del PE y el jefe de Gabinete de la Nación atraviesa un momento de tranquilidad y de coordinación. Por lo tanto, el tranqueño no tomará decisiones que impliquen un cambio de humor del gobernador en uso de licencia. Aún más, sigue consultando sobre las medidas que se adoptan en materia de ministros. Todo hace prever que el lunes habrá un nuevo conductor en el Ministerio de Salud Pública, por la renuncia que presentará Rossana Chahla el viernes para asumir el martes que viene como diputada nacional por Tucumán. Luis Medina Ruiz asoma como el candidato natural a la sucesión, pero aún hay una charla pendiente en el binomio gubernamental. Aún más, es probable que Manzur arribe a la provincia a última hora del viernes.
Las 5 claves para terminar un año político y económico difícil
1- Lo político: seguir curando las heridas de la interna peronista
El proceso de reconstrucción dentro del oficialismo aún no está terminado. En Tucumán, el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, continúa limando asperezas con aquellos dirigentes que todavía siguen heridos tras las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). La señal de alerta se encendió en las elecciones del domingo 14 de noviembre, con una baja del caudal electoral. El propio jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, ha tomado nota de este fenómeno y está buscando la manera de acercar posturas. Sucede que la relación del binomio gubernamental se ha normalizado de una manera acelerada por efecto de la institucionalidad. Entre las corrientes internas, sin embargo, se observan los desencuentros. Dicen que el tiempo cura las heridas. ¿Será antes del turno electoral de 2023?
2- Lo institucional: oportunidades para todos y todas en el gabinete
El recambio en Seguridad de Eugenio Agüero Gamboa por Claudio Maley y el alejamiento de Rossana Chahla de Salud para ir al Congreso son dos señales que han puesto nerviosos a los miembros del gabinete provincial. Varios de los funcionarios especularon con que Osvaldo Jaldo quiere ponerle su impronta a la gestión y eso implicaría un cambio de piezas. El vicegobernador, sin embargo, le ha dado una nueva oportunidad a varios ministros y secretarios para demostrar que pueden imprimirle otro ritmo a la gestión. Además, Jaldo trata de evitar cualquier decisión que implique ruidos a la relación armónica que hoy mantiene con el gobernador en uso de licencia y jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur. El vicegobernador está dispuesto a viajar tantas veces a Buenos Aires para consultar decisiones a su compañero de fórmula.
3- Lo financiero: un fondo de contingencia para lo que se viene
Hasta septiembre pasado (último dato oficial disponible), las cuentas públicas han experimentado un resultado positivo. Según esos números, Tucumán muestra que puede llegar a cerrar el año con un excedente de entre $ 8.000 millones y $ 11.000 millones si es que se mantienen las previsiones efectuadas por el Ministerio de Economía. Ese resultado superavitario puede llegar a achicarse por el pago del medio aguinaldo que insumirá unos $ 5.000 millones para saldar a todo el personal del sector público provincial. La semana pasada, el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, firmó un convenio marco para acceder a un financiamiento federal de coyuntura de $ 6.500 millones. Será el colchón financiero para el año que viene, en caso de que haya más complicaciones económicas nacionales y financieras provinciales.
4- Lo económico: la promoción de las economías regionales
La caída de las exportaciones sigue siendo uno de los efectos negativos de la crisis económica y sanitaria. Tucumán ha dejado de pertenecer al club de provincias que comercializan al mundo más de U$S 1.000 millones al año, aunque el proceso de seducción de nuevos mercados sigue su curso. La provincia necesita apuntalar la comercialización de sus producciones y mejorar la competitividad. Esa es una tarea pendiente de la gestión y que el año que viene tendrá que tomar cartas en el asunto para no seguir perdiendo terreno en el contexto regional y nacional. Las obras de infraestructura contribuirían a recuperar parte del terreno perdido. La recuperación del empleo privado es incipiente, aunque los empresarios siguen reclamando la contribución estatal, con menos carga tributaria para alentar las inversiones y la generación de más puestos.
5- Lo social: la tasa de desempleo y el índice de pobreza
Alrededor de 418.190 personas (46% de la población urbana) están bajo la línea de pobreza y, de ese total, unas 105.000 son indigentes en el Gran Tucumán-Tafí Viejo. Este cuadro socioeconómico es un estigma para la gestión, que debe buscar la manera de cambiarle la cara a la realidad tucumana. Los indicadores oficiales muestran, además, que el 12,4% de la población económicamente activa del distrito (unos 48.000 tucumanos) están desocupados. La informalidad es otra de las cuestiones que aquejan a la provincia. La última medición presencial efectuada por los organismos estadísticos muestran que en el aglomerado provincial el 45% de los asalariados están en negro. Son prácticamente 115.000 trabajadores no registrados, uno de los indicadores más elevados de la Argentina, según las cifras oficiales.
Las 5 respuestas del vicegobernador
1- El Balance: ¿Cómo cierra el año?
“En un contexto tan difícil como se está viviendo a nivel nacional, en Tucumán estamos cerrando el año con una situación que puede ser considerada dentro de la normalidad posible. No ha sido fácil ni en el aspecto sanitario ni en la cuestión económica. No hay que perder de vista que los tres poderes del Estado están funcionando a pleno. Un Ejecutivo que toma medidas, una Legislatura que se apresta a tratar 35 proyectos de ley y una Justicia muy activa, con sentencias y fallos que se llegan con celeridad”.
2- La fórmula: ¿Y su relación política con Juan Manzur?
“Debo decir que es muy buena. Creo que ambos somos militantes y estamos convencidos de que había que priorizar la gobernabilidad. En este proceso, Juan Manzur como jefe de Gabinete de la Nación, juega un rol muy importante. Es un complemento permanente que tenemos para intentar mejorar Tucumán, cada uno en sus funciones. Esto convencido que esa reciprocidad redundará en beneficios para todos. Nos acompañamos mutuamente en la gestión.
3- El nuevo rol: ¿Cómo se siente en la gobernación?
“Esta es una nueva etapa que se abrió, a partir de la designación del gobernador como jefe de Gabinete de la Nación, uno de los puestos más importantes en la Argentina, después del Presidente. A partir de este proceso, puedo decir que estoy convencido del rol que ahora me toca desempeñar y de las decisiones que estamos tomando en este período. Nos toca adoptar decisiones de fondo, con firmeza, para sacar adelante a Tucumán. son momentos difíciles los que nos toca gobernar. Pero aquí estamos”.
4- La interna: ¿Qué ha sido lo bueno y qué lo malo que ha vivido durante este año?
“Debo decir que lo no tan bueno que me ha tocado vivir durante este período ha sido la división temporaria del peronismo, con la interna. Pero, más allá de eso, creo que también ha dejado lo bueno, el reencuentro de todos los peronistas que, más allá de las diferencias circunstanciales, hemos podido limar las asperezas, por el bien de la provincia, y a casi la mitad del segundo mandato de nuestra administración”.
5- La proyección: ¿qué espera del año que se viene?
“Todos esperamos que al presidente Alberto Fernández y a la gestión del Gobierno nacional le vaya bien, porque si eso sucede, a todos nos irá mejor. Tucumán tiene fundadas esperanzas de que eso suceda para que podamos ejecutar todos los proyectos que hemos convenido con la administración federal, con el fin de que se ejecuten aquellas obras que mejorarán la infraestructura y la competitividad de todas las actividades de la provincia”.