Volver a empezar. La letra y la melodía del conocido tema de Alejandro Lerner probablemente reverberarán en las mentes, serán susurradas por los hinchas de San Martín durante estos días, mientras realizan el duelo de otro ascenso que no fue.
La noche de Caballito, con una victoria sobre Ferro que no sirvió por lo exigua, dejó cicatrices emocionales, mucho más por la forma en que se dio la eliminación. El lunes, el equipo de Pablo De Muner estuvo a la altura, en particular en la segunda etapa.
El “Santo” merodeó el “milagro” y se quedó musitando “quizá”, “tal vez”, “a lo mejor…” En fin, ya fue: los “si hubiera” no sirven de mucho en el fútbol (ni en la vida), salvo para sacar unos cuantos aprendizajes.
Bronca, frustración, orgullo. Esas fueron las sensaciones predominantes una vez sellada la serie con un global de 2-3 a favor de “Oeste”. Un rival dirigido, paradojas de un destino que a veces parece ensañarse, por la misma dupla que se vio privada de ascender con San Martín hace unos meses por una arbitraria decisión de escritorio.
“Queríamos morir de pie, por así decirlo, y lo hicimos. Estoy seguro de que tanto la gente de San Martín como nosotros estamos muy orgullosos de lo que demostramos dentro de la cancha”, afirmó Ignacio Arce a LG Deportiva en el estadio “Ricardo Etcheverri”.
Un rato antes, apenas pitado el final por Yael Falcón Pérez, De Muner juntó a sus hombres dentro del campo para realizarles una encendida arenga. “¿Qué nos dijo? Expresó su orgullo, puro orgullo por la personalidad, el carácter, por jugar al fútbol en una categoría en la que no se juega bien y nosotros sí lo hicimos durante casi todo el campeonato”, reveló a su turno Lucas Diarte, el otro jugador del “Santo” que dio declaraciones a la prensa antes de subirse al micro.
Curiosamente, De Muner tuvo palabras para sus dirigidos, pero no para los periodistas. “No quiero hablar”, respondió escuetamente antes de ingresar al hall central del estadio. Quizá consideró que la emoción que experimentó en el vestuario no sería buena consejera a la hora de trazar un balance del partido y de la temporada.
¿Cómo fue puertas adentro ese momento? “Imaginate, después de una eliminación es duro, pero todos nos pudimos mirar a la cara. Llorábamos de bronca, de dolor, pero vacíos (por haber dejado todo), que un grupo se entregue como lo hicimos nosotros, la verdad es admirable”, argumentó Diarte, a quien su sonrisa nunca se le borra de la cara.
Muy diferente era el semblante de Arce, cariacontecido por la eliminación y su probable adiós al arco de La Ciudadela. “Se me termina el contrato con San Martín, la tercera extensión. Y bueno, mi futuro es volver a Unión, ya no tengo más opción que una compra, así que pudo ser mi último partido”, se sinceró.
El capitán, emocionado, sólo tuvo palabras de afecto. “Lo disfruté. San Martín me dio una familia, un hijo. Armé mi familia en Tucumán. Sentí un amor y una pertenencia con este club que nunca me había pasado”.
“Creo que la gente se identifica conmigo, más allá de que a alguno le puede gustar mi estilo o no, pero saben que lo que yo hice por San Martín fue con mucha pasión y con esas ganas de verlo en lo más alto”, agregó.
En contraste, Diarte estima que permanecerá en el club, pese a que su excelente temporada puede haber despertado el interés de otras instituciones. “Vamos a esperar a ver qué sucede, pero tengo contrato un año más con San Martín, así que por ahora me quedo”, respondió a LG Deportiva.
Hablando de futuro, antes que nada, habrá que ver si De Muner renueva su vínculo o no. Aparentemente, los dirigentes desean que siga y el entrenador desea quedarse (más allá de los rumores sobre clubes interesados en sus servicios).
“San Martín es amor puro”, dijo Arce, en su noche más sensible. En esa tónica, sin saberlo Lerner le puso palabras al sentir en Bolívar y Pellegrini. “Volver a empezar, que no termina el juego. Volver a empezar, que no se apague el fuego”.
Esperan novedades
Los futbolistas llegaron a Tucumán ayer a la siesta y fueron liberados (salvo algunos que hoy jugarán en Reserva). En las próximas horas, se les informará cuáles serán los próximos pasos. Si De Muner acepta seguir en el cargo, armará la lista de jugadores con los que en La Ciudadela deberán sentarse a negociar un nuevo contrato.