“¿Me acompañas …? Nos espera Alfonsa Cavin”. Con su voz suave y amena, Honoria Zelaya de Nader invita a recorrer la vida de la fundadora de la Congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, propietaria en Tucumán del Colegio Guillermina.
“¿Me acompañas …?” es tanto el título del libro de la escritora y miembro de número de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil como la propuesta que ella les hizo a cada grupo de chicos del colegio, en sus diferentes edades. Fueron tres actos sucesivos de presentación, todos diferentes entre sí, porque la autora adaptó el contenido de su libro a cada nivel de lenguaje y comprensión, ya que pretende llegar a todos los alumnos.
El formato de la obra, publicada por ediciones Colegio Guillermina, es el de un libro de cuentos para niños, área en la cual la autora de experta, con reconocimiento nacional. En la portada aparece Arrebol, el Ángel de la Guarda, que asume el papel de voz narradora a través de los ocho capítulos que cuentan los aspectos centrales de la vida de Alfonsa Caven. Es un libro de tamaño A4, a todo color, lleno de dibujos y papel ilustración.
En sus páginas, Zelaya de Nader cuenta la vida “una mujer del siglo pasado que vivió con extraordinaria generosidad su vocación religiosa, animada por un amor inquebrantable a Cristo, que hizo posible mediante la siembra de sí misma, la fundación de las Religiosas de la Inmaculada Concepción”.
Las Hermanas trabajan desde hace 130 años bajo el carisma fundacional, la educación y la sanidad. “Madre Alfonsa tuvo una vida difícil, muy difícil, pero fue fiel a la llamada, con una fidelidad creadora y una entrega total. Vivió intensamente, amó a Dios y a los hermanos sin regateos. Su feminidad exquisita, culta, le dio una apertura excepcional en su época. Profunda, valiente, bondadosa, fuerte, sensible, serena, delicada, pobre”, dijeron las madres Marisa Remírez, superiora, y Evangelina Navarro.
“Queremos legar a nuestra comunidad una memoria agradecida, convocante y perfumada, por todo lo que con ella germinó, nació y floreció. Con su trabajo y sensibilidad de mujer, se insertó en los pueblos y culturas. Nada le cohibió ni frenó su arduo deseo de transformar el mundo dando un lugar muy importante a los empobrecidos (mujeres, enfermos, huérfanos...)”, señalaron las religiosas durante las presentaciones.
“Arrebol, debes ir hacia un pueblito llamado Scey-Sur Saone ubicado al nordeste de Francia, junto al río Saona. Te dirigirás al hogar de Jacques Cavin y Thérèse Millot y recibirás a una niña a la que cuidarás durante toda su vida”, se lee en la primera página del libro.
En 17 de noviembre de 1816 nace Louise Félicie, que luego tomaría el nombre religioso de Alfonsa Ligorio. En 1850, con la ayuda del obispo Costa y Borrás, funda la orden Hermanas de la Purísima Concepción, hoy Misioneras de la Inmaculada Concepción. Sus obras en Francia y diseminadas a todo el mundo fueron dedicadas a la promoción de la salud y la educación, a través de hospitales, residencias de ancianos o enfermos y colegios para las niñas pobres .
Madre Alfonsa muere en la ciudad de Logroño, el 3 de enero de 1868, a los 52 años. Después de su deceso, la congregación abrió nuevas casas, colegios, hospitales, dispensarios y residencias de ancianos. Desde 1885 las Hermanas se encuentran también en Guinea Ecuatorial, África, donde fundan escuelas. Sus obras están en la Argentina, Italia, Venezuela, Liberia, Colombia, Ghana, Togo, México, Camerún y Paraguay.