Hace más de dos años, en agosto de 2019, Daniel Chambret, un experimentado biker tucumano, sufría una dura caída en una de las bajadas del circuito del Trasmontaña. El accidente sucedió en una zona conocida como "La Milagrosa", una de las partes más complicadas de la competición. Allí, una rueda se le trabó, cayó y perdió el conocimiento. Muchas fueron las operaciones que tuvo que soportar a lo largo del tiempo. Finalmente, la vida quiso que él quede cuadripléjico, pero, pese a todas las adversidades, el amor por la bicicleta nunca se fue.
Y cuando el deporte es amistad, unión y, sobre todo, solidaridad para el otro, cosas mágicas pueden ocurrir. Durante este fin de semana -y tras el paso de una nueva edición del Trasmontaña- los amigos de Daniel decidieron darle, con motivo de su cumpleaños, un regalo especial para que no deje de sentir la hermosa sensación de libertad que sienten los bikers cuando están arriba de sus "máquinas".
Luego de meses de trabajo, a Daniel le construyeron una bici especial. No solo eso: una vez que estuvo lista para rodar, todos los días sus amigos -sin que él lo supiese- se entrenaron con bolsas de maíz para simular el peso de Daniel, subiendo y bajando por el cerro San Javier y así no exponerlo al peligro.
Tras instrucciones de un kinesiólogo por los arneses, finalmente el hombre se encontró con tamaña sorpresa y pudo volver a vibrar con el viento en compañía de las personas que lo aman. Las emociones fueron infinitas. Dos días a pura adrenalina. Y la sonrisa de Daniel nunca se fue de su cara. Esos más de 180 kilómetros que recorrió por las distintas zonas del paisaje tucumano a la par de sus "hermanos de la vida", hasta llegar a la Virgen Morena, en Catamarca, quedaron guardados por siempre en su corazón.
"Inigualable cada momento compartido. Orgulloso de todos mis amigos, que en cada subida fueron motores extras. Solo cuando entendemos nuestros límites podemos superarlos", publicó Sergio Orestes Ingalina, uno de los organizadores, en su página de Facebook. Como no podía ser de otra manera, cientos de mensajes y Me Gusta llegaron al instante.
"No tengo palabras para agradecer lo que hicieron por mí estas personas. Fue un viaje maravilloso y estoy orgulloso de tener amigos así. Es impagable lo que hicimos el fin de semana. Nunca lo hubiese imaginado hace un año atrás. Llegar a hacer este recorrido me dejó muy contento; una caricia al alma", comentó Chambret tras la aventura de dos días.
Hoy Daniel sonríe, pese a las adversidades; y sus amigos, esos que decidieron hacerle un regalo más que especial, lo hacen con él. Y juntos otra vez arriba de una bicicleta.