“Te alentaré cuando menos lo merezcas porque ahí será cuando más lo necesites”. El 1-3 que Ferro le asestó a San Martín en el primer duelo de la serie fue un mazazo para todos en La Ciudadela. El plantel y los hinchas acusaron el impacto, pero con el correr de los días el humor y el semblante fueron mutando; y ahí saltó a la luz, una vez más, el amor y la garra “santa”.
“San Martín no es un club cualquiera”, dice Hernán Pellerano intentando graficar lo que es tener de su lado el clamor popular. En Bolívar y Pellegrini, el amor por la camiseta pesa mucho más que una categoría o un resultado. No importa cuál es el rival que está en frente. Lo único que interesa es ir a la cancha a alentar al equipo; sobre todo cuando la mano viene cruzada porque es en una situación así en la que más se necesita el apoyo.
La última práctica en nuestra provincia fue diferente. Antes de volar a Buenos Aires para jugarse la vida mañana en Caballito, el plantel tuvo una despedida a lo grande. No importó que fuese sábado por la mañana, ni tan temprano. El hincha se puso la camiseta, agarró la bandera y se fue a enrojecer su garganta en el “templo”. “A vos te sigo aunque vos vayas bien, a vos te sigo aunque vos vayas mal”… fue uno de los hits que tronó en el estadio. Los jugadores detuvieron la práctica y se pusieron a contemplar el espectáculo. Devolvieron aplausos, cantaron con su gente y prometieron dejar el alma mañana en la casa de Ferro.
“Estamos agradecidos por al aguante y el apoyo de nuestros hinchas. Esto es una muestra más de lo que es San Martín, nuestra gente siempre está, independientemente de los resultados”, asegura Lucas Diarte, el lateral que corre en la cancha y que siente lo mismo que esas personas que coparon una tribuna en una práctica, luego de haber recibido un golpe de nocaut. “Intentaremos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para poder pasar de fase. Es lo que queremos y vamos a intentarlo”, sentencia.
“Estamos muy unidos como grupo y creemos. Seguimos creyendo en que podemos lograr una victoria que nos permita superar esta fase”, planta bandera Ignacio Arce, otro que ya tiene su corazón pintado de rojo y blanco y un feeling especial con sus hinchas. “Esto no es algo nuevo, todos sabemos lo que es este club y cómo se vive la pasión. Les agradecemos el apoyo que nos brindan y les pedimos que sigan creyendo porque no le vamos a fallar”, jura el arquero.
“El hincha de San Martín es conocido en todo el país por su pasión, su fervor y su fidelidad. Nosotros nos sentimos respaldados y eso tiene un valor enorme. Les agradecemos porque eso para un futbolista es tremendo y es algo que no se consigue en cualquier lado”, agrega Pellerano.
Dar vuelta una diferencia de dos goles, en una cancha complicada, con todo en contra, ante un rival que juega bien y luego de haber sufrido dos golpes durísimos en los últimos 15 días, hacen que la misión para mañana no sea nada sencilla. Sin embargo, el grupo cargó buenas vibras con su gente. Recibió un mimo gigante y reforzó su confianza. Más allá que en 90 minutos puede pasar cualquier cosa, el hincha “santo” volvió a jugar su partido; demostró que sobra aguante y que los resultados pasan a un segundo plano. Porque como dice el grito popular, “es diferente…”.