Primero, hay mujeres para las cuales que un hombre esté casado no implica un límite; es cierto. Pero no hay robamaridos. Los esposos tienen la capacidad de aceptar o rechazar una propuesta. Segundo, ¿son zorras? Eso es más bien un descalificativo. Son mujeres con los mismos códigos que algunos hombres para los cuales que una mujer esté casada tampoco implica un límite. Y tercero y más importante, el amor, el sexo y el deseo son parte de la vida. La psicóloga, sexóloga y terapista de pareja Mariana Luna rescata esos conceptos referidos al escándalo mediático que hace días acapara la atención de muchos argentinos: la discusión marital entre el futbolista Mauro Icardi y su esposa Wanda Nara, luego de que ella descubriera mensajes entre él y la actriz Eugenia "China" Suárez.
Y aunque dice que es preferible no meterse en las crisis ajenas ("nunca se sabe cómo terminan"), la especialista se anima a desgranar algunas reflexiones. "Lo primero que se observa es que el coqueteo en las redes sociales no es considerado, por quiénes lo efectúan, una infidelidad. Realmente, hay una falta de registro de cómo este tipo de conducta llega a impactar en la pareja", destaca la especialista.
Básicamente, el mayor condimento del caso bautizado por los medios porteños como el "wandagate" es que no se trata de la primera vez que Suárez seduce a comprometidos. Casi 12 años atrás, se involucró con el actor Nicolás Cabré cuando él se encontraba casado con una colega, Eugenia Tobal, quien perdió un embarazo en medio de la separación. Y cinco años atrás, volvió a ser noticia cuando la modelo Carolina "Pampita" Ardohain la descubrió junto a su entonces marido, el chileno Benjamín Vicuña. Hoy, Suárez es mamá de una niña con Cabré y de dos niños con Vicuña.
- ¿Hay alguna conducta patológica?
- La roba maridos no existe. Existen personas que se enamoran, que gustan, que deciden y que eligen. Y existen mujeres que se sienten tan desvalorizadas, que buscan vínculos con hombres no disponibles. Son mujeres atravesadas por sistemas vinculares patológicos. Caen siempre en el mismo perfil: el del hombre que miente, que engaña, que dice que está mal con su pareja y que es narcisista y manipulador. En el consultorio las escucho decir 'siempre me engancho con comprometidos'. También existen hombres que se encuentran inmersos en relaciones tan vacías, que buscan otras mujeres.
- ¿La infidelidad es una consulta recurrente en las terapias de parejas?
- La infidelidad es la principal causa de la terapia de pareja. De hecho, al igual que el caso de Icardi y Suárez, el coqueteo a través de las redes sociales se ha vuelto un denominador común. Se ven casos de personas que seducen a través de los mensajitos y luego niegan lo sucedido. Como no llegan al coito, niegan. Pero cuando se habla de infidelidad, se habla del daño emocional que produce una conducta en una pareja. Si se concreta una relación sexual o no, puede resultar anecdótico. Son la búsqueda, el deseo y el interés los que lastiman.
- Si la infidelidad resulta tan cotidiana, ¿por qué es vista con tanto horror?
- Mientras uno está en pareja, puede gustar o desear a otra persona. Hay que saber que puede suceder; que me puede atraer otro. Es imposible desear toda la vida a la misma persona. Eso es una idealización del amor pero no es real. Eso es Disney. Por eso hay tantas crisis de parejas. La madurez reside, justamente, en volver a elegir a la pareja. En saber que debemos ser responsables y elegir qué hacer con lo que podemos llegar a sentir por otro u otra en ocasiones. No somos seres manejados por nuestros impulsos. Los vínculos sanos se pueden recuperar.
- ¿Cómo se vuelve del engaño?
- Para seguir adelante después de una infidelidad, hace falta madurez, repito. Hay que reconocer que es algo que puede sucedernos. Cualquiera puede decidir tener un encuentro con otro. Debemos dejar de pensar en el amor ideal y hacerlo más humano. Pero una vez descubierto el engaño, si se quiere salvar la relación es importante trabajar el vínculo de la pareja y en la autoestima del que se siente herido.
- ¿Y en qué ocasiones conviene separarse?
- Cuando el otro no empatiza y no registra absolutamente nada. O cuando estás vinculado o vinculada a una persona infantil e irresponsable. O cuando la violencia va en escalada. O cuando se invierte la culpa y la responsabilidad; frases como 'es tu culpa' o 'nunca tenemos sexo' son un indicador bastante grave de conducta. En todos esos ejemplos, estamos hablando de una persona destructiva y tóxica, que no registra ni lo que hace ni a su pareja.