- ¿Cómo fue la elección en la que terminó consagrado como presidente de la Corte?
- Fue una reunión de clima cordial. Breve en lo referente a la elección de las autoridades. La votación en sí misma no duró ni 10 minutos. E inmediatamente, la charla se convirtió en una reunión plenaria de trabajo.
- La Corte parece haber quedado dividida a partir de esta elección. ¿Vamos a ese escenario: el de un superior tribunal escindido internamente?
- Como Corte Suprema estamos unidos en término de los objetivos que nos planteamos y que sostuvimos, inclusive, frente a la crisis que supuso la pandemia de covid-19. Y no sólo se fueron cumpliendo: también se fueron superando. No es una opinión: por primera vez, la estadística referida al trabajo de los Tribunales está disponible, online, para cualquier ciudadano. Incluso, con cuadros comparativos interanuales. Eso ha sido posible gracias al compromiso de todos los estamentos con el servicio de administración de Justicia: la Corte y los magistrados, el Ministerio Público de la Fiscal y los fiscales, el Ministerio Pupilar de la Defensa y los defensores, los funcionarios y los empleados y los equipos técnicos de todos estos ámbitos, los colegios profesionales, los abogados y los procuradores. Nadie puede solo. Y todos juntos hemos podido, inclusive, enfrentando el coronavirus.
- ¿Qué representa para Ud. ocupar la presidencia de la Corte Suprema de Tucumán?
- Es hacerme cargo de la responsabilidad más grande que se me ha confiado. Me considero, ante todo, un servidor público. Y en cada responsabilidad que me tocó desempeñar en el Estado, fui formándome como ese servidor público que me considero. En cuando a la función del cargo, veo esto como la posibilidad de seguir trabajando por el objetivo de consagrar un mejor servicio de justicia. La tarea es grande y no comenzó ahora. Por eso pido comprensión, y hasta disculpas, porque el trabajo es arduo y no dejamos de ser humanos. Pero el rumbo es el correcto. Justamente, la prioridad que quiero plantear a mis pares es profundizar el acceso a la Justicia y acortar la distancia entre la ciudadanía y la administración de Justicia: la condición económica y el lugar donde se vive no deben ser impedimentos.
- ¿Cuáles son sus prioridades para su período como titular del superior tribunal?
- Hay que profundizar nuestra presencia en los 72 juzgados de paz de la provincia y permitir el acceso a la Justicia a todo aquel tucumano que necesite dirimir situaciones de cualquier naturaleza con la debida intervención del Poder Judicial. El Sistema de Administración de Expedientes (SAE) ha probado ser una herramienta que hace posible acercar la administración de Justicia a cada rincón de la provincia, gracias a que permite el trabajo remoto, y también ha demostrado ser una herramienta que ayuda a la eficiencia. A modo de ejemplo: en el fuero penal, a partir de la implementación de un sistema de trabajo surgido del nuevo Código Procesal, y con el soporte tecnológico del SAE, hay causas que en 10 meses se sustancian y se cierran. Ni hablar de la labor del fuero Conclusional. Todos los integrantes de esos fueros siempre trabajaron a destajo y ahora esa labor ha encontrado una sistematización que hace que el esfuerzo resulte en mejores indicadores. Ese debe ser también el rol de la Corte: brindar herramientas que ayuden a la administración de Justicia.
- ¿Cuál va a ser la relación del Poder Judicial con los poderes políticos del Estado en esta nueva etapa?
- Debe ser fecunda, respetando siempre la división de poderes. Hay muchos temas por abordar de manera conjunta. Por ejemplo, una labor coordinada, en materia de familia, tanto de los juzgados de ese fuero como de las áreas del Poder Ejecutivo que se ocupan de esa materia. La cuestión carcerlaria es otro asunto que incumbe a todos: con el nuevo Código Procesal Penal, las nuevas estructuras y sistemas de trabajo que ha creado, y el SAE como soporte, se han incrementado sustancialmente las sentencias definitivas y condicionales. Y respecto del Poder Legislativo, un tema en gestación es el nuevo Código Procesal Civil, en el que ha venido trabajando una comisión con miembros de los tres poderes, presidida por la doctora Claudia Sbdar.
- Le corresponderá presidir la Junta Electoral Provincial y, por tanto, controlar los comicios de 2023. Para entonces, de manera directa o indirecta, ya sea como candidatos o autoridades del Partido Justicialista, serán protagonistas Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, con quienes trabajó muchos años...
- Desempeñaré mi cargo de titular de la Corte y de presidente de la Junta Electoral Provincial con absoluto apego a la ley, para generar plena confianza de los ciudadanos en la transparencia de los comicios y en la fortaleza de la democracia. Ellos son los principales destinatarios de la elección. Además, y como lo he señalado, en los diversos cargos que desempeñé trabajé para la sociedad. Mi tarea siempre fue más allá de los funcionarios de turno, incluyéndome a mí mismo. Cuando me desempeñé como Fiscal de Estado, los procesos se organizaron de tal manera que recibieron certificación de normas ISO 9001 y por primera vez se instrumentó un registro de sentencias en contra del Estado que se mantiene en el tiempo. Mi único compromiso es con las instituciones.
- Sin embargo, su consagración como Presidente de la Corte ha generado numerosas reacciones adversas, sobre todo desde referentes de la oposición. Y la denuncia del ahora destituido juez Enrique Pedicone, así como las derivaciones de ese caso, son un denominador común en las críticas que le formulan. ¿Qué responde a esos cuestionamientos?
- Es un tema judicializado. La Justicia será la que se expide. De hecho, viene haciéndolo. Yo, como cualquier justiciable, he planteado mi defensa en el proceso y estoy esperando la resolución de los Tribunales.
- ¿No cree que ha cambiado la relación de los poderes políticos con la Justicia, hasta el punto de tornarse más hostil? En los últimos 14 meses, el Jurado de Enjuiciamiento, creado por la Constitución de 2006, echó a cuatro magistrados (Roberto Guyot, Enrique Pedicone, Juan Francisco Pisa y Orlando Stoyanoff Isas). En los 14 años anteriores, no destituyó a ninguno.
No creo que haya hostilidad de la política hacia la Justicia. Cada juicio político es una cuestión singular. Y hacen a la institucionalidad de la república. Veo, en cambio, que ahora hay una mayor coordinación institucional. Los logros obtenidos, por ejemplo, en materia penal a partir de un nuevo digesto procesal, no se logra sino gracias a la coordinación.