Trasmontaña: la fiesta que nadie quiso perderse

Trasmontaña: la fiesta que nadie quiso perderse

Pasó una nueva edición del Rally Trasmontaña y Tucumán volvió a demostrar que es la Capital Nacional del mountain bike.

EL COMIENZO DE LA CARRERA. En la Calle 15 de San Javier, muy cerca de la zona de la rotonda, se puso en marcha la competencia. Debido a la dificultad de la bajada, algunos competidores perdieron parte de su equipo y hasta el control de la “bici”. EL COMIENZO DE LA CARRERA. En la Calle 15 de San Javier, muy cerca de la zona de la rotonda, se puso en marcha la competencia. Debido a la dificultad de la bajada, algunos competidores perdieron parte de su equipo y hasta el control de la “bici”. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ
22 Noviembre 2021

Entusiasmo, sacrificio y mucha alegría se vio en el rostro de cada biker que participó de una nueva edición del Rally Trasmontaña. Típico de una gran jornada de mountain bike, que tuvo como grandes ganadores al catamarqueño Álvaro Macías y al mendocino Fernando Contreras.

Desde la largada, dispuesta en San Javier, ya se podía observar a competidores comprometidos con realizar una gran carrera. Eso sí, apurados observando el cronometro, esperando a su compañero de dupla e implorando al cielo, que el tiempo, no les pase factura.

Abajo de la siempre difícil largada, esperaban los flashes y los gritos de alientos a puro pulmón de parejas, hijos o padres, metidos a lleno, como si ellos mismos, estuvieran arriba de la silleta.

“Venimos a correr la mejor carrera de Argentina. No nos gustan las carreras de rural, somos más del sendero. Esto es puro mountain bike. Acá te recibís de biker”, aseguraron Juan Manuel Rodríguez y Maximiliano Gallo, cordobeses que pusieron al Trasmontaña un escalón por encima del Desafío de Río Pinto que se hace en “La Docta”.

Un recorrido de 48,5 kilómetros fue el que tuvieron que realizar más de 2.600 bikers para llegar a la final en La Sala. Allí, esperaba algo que el Trasmontaña ya nos tiene acostumbrados: una verdadera fiesta con aplausos, reunión de amigos, un trago para pasar el calor y hasta una humareda que avisaba que el asado ya estaba listo.

En la meta había “bicis” para elegir, debido a que los corredores, agotados por el sol y por la dificultad del trazado, se tiraban en el suelo para respirar un poco y emocionarse junto a su compañero de equipo.

“Estoy reventado, pero feliz. Muy lindo el circuito. Hermoso y complicado por el calor. Creo que ese era el condimento, por que las bajadas estaban limpias y rápidas. Pero el calor y la humedad fueron ¡terribles!”, dijo el mendocino de Enduro Pro, Néstor “Tibetano” Yobe. “Es tremendamente exigente. No perdona nada. Pero también se disfruta y se aprende. Cuando venís compitiendo no ves carteles. Venís disfrutando, cabeza abajo y con la boca abierta”, añadió su compañero de equipo, Marcelo Pereyra, luego de terminar primero en la general.

A pesar de las dificultades, la meta era llegar como sea y se vio plasmada en la medalla que recibió cada competidor con la leyenda “Lo logré”. Algunos bikers llegaron agarrados de la mano, otros dando brincos en su “bici” para esperar a su colega y los más corajudos, a pie con la bicicleta rota en los brazos. Una imagen que no olvidará nadie.

En el cierre de la jornada, más allá del acompañamiento familiar, se pudo observar un gran compañerismo. Durante la carrera se perdieron anteojos, botellas de agua y hasta GPS. Sin embargo, todos los que participaron de esta nueva edición, dejaron la rivalidad de lado y se colaboraron entre sí para sacar adelante un competencia exigente, de nivel internacional como aseguraron varios.

Cerrado el telón de una nueva edición, más allá de la imagen con los ganadores, quedará en el recuerdo de todos la gran fiesta de los presentes, el compañerismo, las nuevas amistades y los padres abrazados a sus hijos, tras finalizar un nuevo Trasmontaña.

“El Rally es como una gran familia. Es salir, largar, compartir. Prácticamente no hay rivales, somos todos compañeros y nos cuidamos”, cerró Tibetano.

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