Los colores se utilizan a modo de rápida referencia en los cuadros y en los gráficos de las estadísticas. Para aquellos que diagraman estas, resultó sencillo elegir aquellos que debían aludir al Frente de Todos (FdT) y a Juntos por el Cambio (JxC). El peronismo históricamente utilizó, en mayor medida, el azul, en sus disntintas tonalidades. JxC se hizo nacionalmente famoso a partir del reparto de globos amarillos, por parte de sus dirigentes y de sus candidatos.
A raíz de ello, puede apreciarse con claridad el cambio del color del mapa de la Argentina entre los comicios de octubre de 2019 y los que se llevaron a cabo ayer.
Hace dos años, el FdT, cuya fórmula integrada por el presidente, Alberto Fernández, y por la vicepresidenta, Cristina Fernández, había derrotado en primera vuelta a la dupla conformada por el ex presidente Mauricio Macri y por el ex senador peronista Miguel Ángel Pichetto, había dejado ese mapa pintado mayormente de azul.
En efecto, en 2019, de los 24 distritos electorales en los cuales está dividido el país, en 18 había triunfado el oficialismo. En los seis restantes se había impuesto JxC.
Ayer, por el contrario, el mapa apareció más amarillo, puesto que 13 distritos quedaron para la principal alianza opositora y solo nueve -un 50% menos, respecto de dos años atrás-, para el FdT. En los otros dos ganaron otras fuerzas.
Estos gráficos muestran claramente, no sólo el mapa global, sino también el recorte de la evolución puntual del FdT y de JxC.