Fue un triunfo del oficialismo, pero a qué costo. La expresión utilizada habitualmente en las redes sociales, acompañada del meme de un rostro abatido, se usa para demostrar el agotamiento, el esfuerzo y la angustia que demandó alcanzar ciertos objetivos. Y esta se ajusta perfectamente a los resultados de ayer en Tucumán.
El Frente de Todos (FdT) se impuso por apenas 20.000 votos sobre Juntos por el Cambio (JxC), de acuerdo a los resultados del escrutinio provisorio. Le permitió -con lo justo- quedarse con las dos bancas en el Senado y otras dos en Diputados. Pero, si se lo ve del otro lado, estuvo a sólo dos puntos de perder el segundo escaño en la Cámara Alta. Sin dudas son números que nadie esperaba en Casa de Gobierno y que encendieron luces amarillas de cara a 2023. Mucho más si se engloba que todo el arco opositor congregó el 58% de los votos contra el 41,5% del peronismo.
La magra victoria tiene un sabor agridulce si se la contrasta con lo sucedido en las primarias, cuando el oficialismo le había sacado unos 140.000 sufragios de diferencia a la principal coalición opositora. El contrapunto es una señal inequívoca de advertencia que demandará un profundo análisis interno en el PJ. Sin embargo, allí prefieren ver el vaso medio lleno y anoche remarcaron que las finales se ganan como sea. “No hay derrotas dignas”, remarcaron.
El FdT cosechó ayer 400.000 votos contra los casi 480.000 logrados en las PASO. Son casi 80.000 sufragios que se “evaporaron” del oficialismo luego de la feroz interna que hubo en las PASO entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo. A pesar de la unidad entre el ahora jefe de Gabinete de la Nación y el gobernador interino, el oficialismo no se fortaleció; por el contrario.
La fuga de votos
Hay un dato contundente que clarifica lo sucedido en Tucumán: con respecto a la votación de septiembre, el peronismo perdió terreno en todas las secciones: casi 12% en el Este (38.500 boletas menos); 8% en el Oeste (36.000); y casi 3% en Capital (7.000).
Referentes del interior analizaron “en caliente” que el mensaje de unidad no llegó hasta lo más profundo del territorio. “Hubo gente de Manzur y de Jaldo que ‘hizo la plancha’. “Nunca hemos ganado por tan poquitos votos”, remarcó un dirigente de peso en el Oeste. ¿De dónde y hacia dónde se fueron esos sufragios?
Uno de los departamentos del Este donde más se resintió el PJ fue en Cruz Alta, donde los intendentes Darío Monteros (Banda del Río Salí) y Aldo Salomón (Alderetes) son los referentes. El FdT retrocedió 18.000 sufragios respecto a las PASO (13%) y JxC creció en 10.000 (8%). En Trancas, tierra que lidera Roberto Moreno, el peronismo se contrajo un 16% (unos 1.300 votos) y la coalición opositora creció un 13% (1.700 boletas). En tanto que en Burruyacu, ciudad administrada por Jorge Leal (h), el peronismo cayó casi 15% (4.000) y JxC creció casi el 12% (2.900).
En el Oeste hubo secciones específicas en las que el peronismo se resintió fuerte, ya sea porque se quedó “sin nafta” o porque hubo quienes no pisaron el acelerador a fondo. En Famaillá, terruño que lidera José Orellana, hubo una diferencia negativa del 16% respecto a las PASO (4.000 votos abajo). Gran parte de esos puntos fueron para JxC, que creció casi un 12% (2.700). En Monteros, donde el referente es el intendente Francisco Serra, el FdT contrajo su cosecha un 13% (6.000 sufragios) y los macristas se expandieron casi un 10% (3.000). En Tafí Viejo, donde la relación del intendente Javier Noguera con Jaldo no volvió a ser la misma, el FdT se contrajo un 8%, lo que representa 7.000 boletas menos. Sin embargo, sólo 3.500 votos fueron para JxC. Fuerza Republicana creció aquí 4.000 sufragios y casi 2.000 el Frente de Izquierda.
El justicialismo ganó, pero cedió mucho. Manzur prefirió ver el vaso medio lleno y, en conferencia de prensa, resaltó que el peronismo revalidó los títulos. Sí, ganó, pero a qué costo.
Crecimiento opositor: se repartieron los votos "fugados" del FDT
Todo el arco opositor cobijó los casi 80.000 votos que se “fugaron” del Frente de Todos (FdT) entre las PASO y las generales. Si bien el que más creció fue Juntos por el Cambio, con un promedio de 45.000, los distintos espacios aumentaron sustancialmente sus cosechas. Fuerza Republicana, que en las primarias no tuvo interna, obtuvo 107.500 boletas, unas 34.500 más que en las PASO, y se consolidó como tercera fuerza. El Frente Amplio, que tampoco fue a internas, pasó de 26.000 votos a 42.500, mientras que el Frente de Izquierda de los Trabajadores creció unos 14.000 votos respecto a las primarias.
Corte de boleta en el PJ: Chahla terminó 6.000 votos arriba de Yedlin
El PJ también sufrió el corte de boleta, aunque en menor medida de lo sucedido en JxC. Pablo Yedlin y Sandra Mendoza, quienes habrían resultado electos para ocupar dos bancas en el Senado, según el conteo provisorio, quedaron unos 6.000 votos abajo de Rossana Chahla y Agustín Fernández, quienes serían diputados: casi 400.000 contra 406.000. De los resultados disponibles se desprende que el mayor corte de la papeleta del PJ se dio en la Capital, donde la diferencia entre ambas partes sería de 5.000. En las PASO había sucedido algo similar, aunque en ese momento había interna.