Yedlin y Alfaro sufrieron por el filo de los tijeretazos

En las generales de este domingo, los electores tucumanos entraron al cuarto oscuro con las tijeras mucho más afiladas que en las PASO. Y tanto en el oficialismo como en la oposición hubo quienes sufrieron -y quienes se regocijaron- por los cortes de boletas.

¿Qué efecto tendrán a futuro los tijeretazos en cada espacio? ¿Fueron espontáneos? ¿O hubo “manos traviesas” fraccionando votos de a millares? Con las elecciones para gobernador asomando en el horizonte, no faltarán las lecturas conspiranoicas. Y, aunque sean difíciles de probar, los datos del escrutinio provisorio alimentarán las hipótesis de traiciones, en especial si se los compara con el antecedente de las primarias del 12 de septiembre.

En el Frente de Todos (FDT), cuando el manzurismo y el jaldismo se cruzaron en una feroz interna para dirimir las candidaturas del oficialismo, Pablo Yedlin (senador nacional) y Rossana Chahla (diputada nacional) contabilizaron casi una cifra idéntica de sufragios, con una diferencia de sólo 200 votos a favor de la ministra de Salud. Ahora, con el peronismo unificado, esa distancia creció de forma exponencial. Si bien ambos cumplieron con la meta de llegar al Congreso de la Nación -y de imponerse a la coalición macrista-, Chahla ayer obtuvo 6.300 votos más que Yedlin.

En la oposición

En Juntos por el Cambio, el “efecto tijeretazo” fue todavía mayor. De hecho, en el armado opositor se revirtió el esquema de las PASO, cuando Germán Alfaro (senador nacional) había quedado por delante de Roberto Sánchez (diputado nacional) por unos 2.000 sufragios. En las generales de ayer, sin embargo, el intendente de Concepción consiguió cerca de 7.000 votos más que su par de San Miguel de Tucumán. Precisamente, en la capital Alfaro obtuvo este domingo 2.300 adhesiones más que Sánchez. Pero el ex corredor de rally tomó impulso en los distritos del interior y sobrepasó al esposo de Beatriz Ávila en las cifras finales. ¿Incidirán estos números a la hora de determinar la composición de una eventual fórmula, pensando en 2023? Está claro que no se trata de un aspecto decisivo, pero de aquí en más será un fundamento que esgrimirá el radicalismo “clásico” para tratar de arrebatarle al líder del PJS el sueño de luchar por la Gobernación.

¿Los cortes de boleta sólo se explican por las deslealtades en las filas propias o por las confabulaciones de terceros? Para nada. Es más, en Fuerza Republicana, el candidato a senador nacional Ricardo Bussi cosechó casi 6.500 sufragios más que su hija, la postulante a diputada nacional Josefina Bussi. Y también hubo diferencias en el resto de los espacios. En el Frente Amplio por Tucumán (FAT), Federico Masso, quien anhelaba llegar al Senado, sacó unos 5.000 votos más que la aspirante a diputada nacional por su armado, Florencia Guerra. Sólo en el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) se observó un desempeño equitativo de sus candidatos, con una diferencia de sólo 600 adhesiones para Martín Correa, quien lideraba la lista para senador nacional, por sobre Alejandra Arreguez, quien encabezaba la boleta para la Cámara de Diputados por el FIT.

Al margen de esta suerte de constante, no en todos los casos los tijeretazos tendrán un impacto similar. Habrá quienes le resten trascendencia a este fenómeno, y también quienes nutran su desconfianza a partir de las diferencias entre candidatos de un mismo espacio. Por lo pronto, por alguna razón, los cortes de boletas se profundizaron en las generales con relación a las PASO. Y dejaron especulaciones que se multiplicarán a partir de hoy en cada fuerza política.