Bullying: la importancia de no naturalizar o minimizar los casos de acoso escolar

Bullying: la importancia de no naturalizar o minimizar los casos de acoso escolar

La carta de una nena de 12 años contándole a su mamá el calvario que vivía volvió a poner en agenda un tema que diariamente lo sufren cientos de estudiantes en el mundo.

ACOSO ESCOLAR. Una problemática que afecta a cientos de niños y jóvenes estudiantes en el mundo. Foto de Archivo.
16 Noviembre 2021

“Mami, te estoy haciendo esta carta porque me están pasando cosas horribles porque no paro de temblar y no puedo respirar bien. Te juro que nunca odié tanto a estas personas. Mamá, por favor, tenés que hacer algo. Ma, siento que me voy a morir. Ayúdame por favor. Te amo”, con estas palabras una nena de 12 años, oriunda de Carlos Paz, Córdoba; le confiesa a su mamá que sufre acoso escolar y desesperadamente le pide ayuda para acabar con este calvario.

La historia de esta menor -que fue compartida por su madre- rápidamente se viralizó en las redes sociales y generó conmoción por el impacto del relato. El acoso u hostigamiento escolar, también designado como bullying, es una problemática que sufren millones de niños y jóvenes en Argentina y el mundo. Muchas veces llegando a consecuencias fatales cuando no es detectado a tiempo.

El psicólogo Lucas Haurigot Posse señaló que el bullying es el acoso físico o psicológico al que someten, de forma continua, a un alumno sus compañeros. Advierte, además, que el acoso puede darse tanto dentro como fuera de las instituciones educativas.

"Es una problemática que siempre existió, pero que en el último tiempo se la empezó a tener en cuenta", sostuvo.

Es común que al nombrar este tema inmediatamente se tienda a asociarlo a la violencia física. Pero, no es así. Es una creencia que se debe comenzar a desterrar. El hostigamiento escolar va más allá y debe ser contemplado en todas sus manifestaciones, porque su abordaje a tiempo es vital.

"El bullying verbal es aquel donde el acosador expresa palabras crueles, insultos, amenazas, intimidaciones, bromas, frases excluyentes por la apariencia, condición sexual, raza o discapacidad a la víctima. Quienes lo sufren pueden mostrarse ausentes, malhumorados o mostrar un cambio de apetito. Además pueden decir algo de lo que les han dicho y preguntar si es cierto", explicó Haurigot Posse.

"El bullying es una de las principales causas de suicidio en adolescentes, por eso debe ser abordado en las escuelas como en las familias ", advirtió Posse.

El profesional sumó a la lista de tipos de acosos al físico. Es el más conocido y se caracteriza por un comportamiento agresivo e intimidatorio por parte del acosador, que incluye patadas, golpes o empujones. 

"Lamentablemente, muchos niños no cuentan a sus padres lo que ha sucedido. Pero los padres pueden detectar si su hijo está sufriendo acoso escolar físico porque suele dejar marcas en el cuerpo de la víctima, lo que manda una señal de alarma. Algunas de estas marcas corporales son: cortes, moratones, ropa rota, entre otras", remarcó.

Otra forma de hostigamiento es el bullying social -añadió Haurigot Posse- que es el más complicado de detectar. Tiene como objetivo que la víctima no forme parte de un grupo ya sea en el aula, los partidos de fútbol, recreos o cualquier actividad educativa.  "Es frecuente que la víctima muestre cambios de humor, evite los grupos de compañeros y esté solo más de lo normal. El dolor emocional producido por el bullying social puede ser igual de intenso que el sufrido por el bullying físico y las secuelas pueden durar incluso más tiempo", completó.

En tanto, la psicóloga Silvina Lencina explicó que las personas que sufren de hostigamiento en el ámbito escolar pueden tener manifestaciones físicas o crisis emocionales. 

"Hay pequeñas luces que se van prendiendo y hay que prestar atención. Una de ellas son las explosiones emocionales, es decir, los niños tienen ataques de llanto o enojo y demuestran la impotencia que el niño siente especialmente cuando es víctima de bullying", precisó.

Las dificultades para conciliar el sueño son otra alarma. "Los niños tienden a dormir más tarde de lo habitual o no logran dormirse, no porque estén entretenidos con videojuegos o actividades lúdicas, sino porque sus pensamientos quedan exhortos en los hechos que vivió durante el día. Puede tener agitaciones, pesadillas".

"El desempeño educativo puede también verse afectado. Quienes sufren acoso suelen bajar sus calificaciones", indicó Lencina.

Redes sociales: un terreno al que se debe prestar atención

La pandemia de covid-19 ha producido que los niños y jóvenes pasen más tiempo en las plataformas digitales y se vinculen con sus padres a través de ellas. Sin embargo, las redes son un terreno que se termina convirtiendo en hostil y dan lugar al ciberacoso.

Según un informe de la Unesco, dos de cada cuatro casos de maltrato escolar se manifiestan a través de plataformas digitales y en lo que va del año se registraron 6.000 denuncias por ciberacoso infantil en Argentina. Esto ubica al país en el segundo lugar de América Latina con más delitos de este tipo.  

Además, señala que los hechos de violencia en línea se incrementaron casi un 50% durante los últimos 18 meses como consecuencia de la pandemia.

"El ciberbullying se caracteriza por el acoso o la intimidación producida a través de las redes sociales. A través del medio digital, el acosador difunde falsos rumores, mentiras, amenazas, comentarios sexistas o racistas, causando un enorme malestar y problemas psicológicos y emocionales en la víctima", indicó Posee.

En tanto, Lencina acotó que los casos de ciberbullying son muy comunes en la actualidad y advierte que no deben naturalizarse. "Las redes al permitir el anonimato -no vincularse cara a cara- abre un universo para que determinadas cosas que no haríamos en persona se realicen. Esto no se puede permitir", finalizó.

¿Qué consecuencias puede traer en la vida adulta?

El bullying no es un juego. Son actos de violencia psicológica o física que afectan al desarrollo de las personas. El abordaje de esta problemática en hogares y en los establecimientos educativos es el primer paso. "Esta problemática trae aparejado dificultades emocionales y psicológicas que afectan a la persona durante años. Y que la llevan a no poder avanzar en cuestiones de la vida como las relaciones con pares, relaciones con parejas, su sexualidad y todas aquellas situaciones donde se ponen en juego su autoestima o valoración de sí mismo", aclaró Haurigot Posse.

"Esta problemática cala hondo en la vida interna de las personas, pero se puede superar realizando un buen proceso de psicoterapia. Por esto debemos tener en cuenta este tema para que si observamos algunas señales de alarma en nuestros hijos actuemos de inmediato", concluyó el profesional.

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