El jueves se enfermó grave. Tenía fiebre. Los análisis descartaron covid y dengue. El viernes mejoró. El sábado la internaron de nuevo. El domingo amaneció entubada. A la tarde, tuvo un paro cardíaco y falleció.
El hantavirus puede poner en peligro la vida de una persona muy rápidamente. Así fue el caso de la mujer tucumana de 33 años que falleció a fines de octubre. Su muerte conmocionó a todos los que la conocían. Nadie encontraba una explicación. Ayer se conocieron los resultados de los análisis: la causa fue el virus que transmiten algunas especies de ratones.
“El dolor que atravesamos es inmenso. Estamos consternados por lo ocurrido. El fallecimiento de Coty (María Constanza Marteau Borsini) nos dejó sin palabras, y sin respuestas a muchas preguntas”, señalaron los familiares en un comunicado enviado a LA GACETA. “Hacemos un llamado al pueblo tucumano para que se extremen los cuidados y prevenir el hantavirus”, pidieron.
La noticia también fue confirmada por el director de Epidemiología del Siprosa, Rogelio Cali. Este es el cuarto caso que se registra en nuestra provincia, según detalló. Hubo dos en 2016 y uno en 2017.
Para las autoridades sanitarias la aparición de un caso es una alarma importante. Ahora comienza otro desafío: identificar el tipo de virus hanta y analizar dónde puede haberse producido el contagio. Un dato es clave para esa tarea que llevará adelante la Dirección de Epidemiología de la Provincia: la joven era deportista y solía hacer trekking por senderos y caminos rurales de la provincia.
Qué es el hantavirus
El hantavirus es una enfermedad viral aguda grave, causada por el virus hanta, y es transmitida por roedores. Los humanos se contagian por inhalación de saliva, orina o excretas de roedores infectados, según explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Pequeñas gotas del virus pueden flotar en el aire y los humanos pueden contraer la enfermedad si respiran ese aire infectado o entran en contacto con los roedores o sus excrementos.
“En general, en Tucumán tenemos casos aislados de hantavirus. Pero la posibilidad de contagiarse está siempre latente. La enfermedad la transmiten los ratones de campo. De acuerdo a las investigaciones que realizamos en 2016 y 2017, en Tucumán tenemos dos zonas de riesgo: Burruyacu y Leales. Allí se encontraron roedores infectados. No son la misma especie de ratones colilargos que transmiten la enfermedad en Salta, por ejemplo. Aquí los estudios determinaron que los transmisores fueron los ratones flavescen, tienen la cola más corta, y habitualmente son reservorios de diferentes hantavirus en el este del país”, describió.
Cali sostuvo que la población no tiene que preocuparse ni pensar en un posible brote de la enfermedad. “Esto no es coronavirus, que se transmite de persona a persona. Pero sí hay que tomar ciertos recaudos para evitar exponerse a la patología”, señaló. ¿Cómo podemos prevenirnos? Si uno va a un campo, a hacer un picnic o a acampar, hay que tener mucho cuidado de no estar en lugares donde hay basura o no entrar a sitios como galpones cerrados. Es importante lavarse bien las manos con agua y jabón. Cuidar los utensilios o la comida, guardarlos para que no queden en lugares donde puedan andar ratones, señaló. “Si son personas que viven en el campo, es muy importante limpiar frecuentemente los espacios y evitar la presencia de roedores”, añadió.
Otro punto esencial, según Cali, es consultar cuanto antes al médico ante cualquier síntoma. El tema aquí es complejo porque el hantavirus comparte una serie de síntomas generales compatibles con otras enfermedades: fiebre, cefaleas, dolor muscular, náuseas. Quienes presenten estos síntomas y hayan estado en zonas rurales deben recurrir a un centro de salud. El hantavirus no tiene un tratamiento específico, sólo se realiza un tratamiento sintomático. “Justamente por eso, es una patología que puede avanzar muy rápido y que tiene una alta mortalidad”, concluyó.
Opinión
“Nosotros invadimos su ambiente”
“Que nos lleguen enfermedades como el hantavirus es responsabilidad del hombre. Los roedores que transmiten la patología no están en la ciudad; nosotros somos los que invadimos sus ambientes”, sostuvo Mónica Díaz, mastozoóloga e investigadora del Conicet y de la Fundación Miguel Lillo.
Según la experta, hay otros factores que pueden afectar las poblaciones de roedores y favorecer el aumento de casos. Por ejemplo, la deforestación o el avance de la agricultura hacia áreas de vegetación natural. “Los ratones invaden zonas rurales donde encuentran comida y espacio a disposición, lo que puede provocar el crecimiento de las poblaciones. También el mal manejo de la basura es un factor que incide”, señaló.
Explicó que cuando los roedores se van acercando a los sitios donde hay población es porque tienen comida a su disposición. Entonces, van haciendo sus nidos. “Por eso es fundamental la limpieza, el desmalezamiento a fondo. Lo más importante es la prevención. El problema de Tucumán es que hay mucha basura acumulada”, puntualizó.
Consejos
- Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones.
- Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las viviendas.
- Tapar orificios en puertas, paredes y cañerías.
- Realizar la limpieza (pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas) con una parte de lavandina cada nueve de agua (dejar 30 minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para no levantar polvo.
- Al acampar hacerlo lejos de maleza y basurales, no dormir directamente sobre el suelo y consumir agua potable.
Los síntomas
- Fatiga
- Fiebre
- Dolores musculares, especialmente en muslos, caderas y espalda
- Dolor de cabeza
- Escalofríos
- Mareos
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Dolores abdominales
- Dificultades para respirar