Los candidatos a senadores en primer término concretaron un debate político caliente
Hubo coincidencias casi programáticas entre Masso y Correa, tanto como en sus diferencias con Bussi, Alfaro y Yedlin. Yedlin fustigó a Alfaro recordando la gestión de Macri, mientras que Bussi se dedicó a fustigar que aquellos dos son peronistas
Germán Alfaro dejó en claro que, si gana, asume
Juan Manuel Montero
LA GACETA
Le tocó en suerte estar en el centro de la escena, en el atril del medio, tal vez el lugar en el que más cómodo se siente. Pero Germán Alfaro, el intendente de San Miguel de Tucumán que encabeza la lista para senador, decidió ser precavido. Tal vez repasó sus presentaciones en anteriores debates y optó por esperar los embates y no iniciarlos. Raro para un hombre que se jacta de no huirle al fango político pero evidentemente pensó en cambiar de estrategia. “Fui el único que se le plantó a Alperovich y por eso di un portazo del peronismo”, afirmó en un tramo del debate. Incluso al final, lejos de su costumbre, rehuyó al combate verbal con su eterno enemigo Ricardo Bussi y mientras el republicano lo acusaba por los gastos de campaña (“a él se los paga la Caja Popular”, había acusado el intendente), improvisó una pancarta con la leyenda “no grites”.
Comenzó el debate apoyándose en los ayudamemoria que tenía sobre el atril, con gruesos anteojos para leer mejor, pero con el paso de los minutos dejó de lado los lentes y se animó a hablarle a la cámara, confiado en su memoria. Seguro, se notó que se había aprendido de memoria lo que debía responder en cada uno de los tópicos y respetó casi a rajatabla.
Desde el principio intentó despegarse de lo que sabía que sería un caballito de batalla de sus adversarios: su pasado peronista y su salto a las filas de la actual oposición. Defendió las políticas de Juntos por el Cambio y atacó las del Frente de Todos, sobre todos en cuestiones económicas. “Con un 47% de pobreza es muy difícil crecer”, “el Gobierno no tiene un plan económico”, “el ministro de economía no sabe qué hacer”, “hay que dejar de ponerle impuestos extorsivos a la gente”, argumentó en su turno. Y defendió las economías regionales al tiempo que destacó: “los tucumanos nos convertimos en los envidiosos del norte. Todos tienen más obras que nosotros”. Y en cuanto al pago de la deuda con el FMI, aseguró: “hay que honrar las deudas, si no somos unos tramposos, pero que no se pague a costa del pueblo”.
Extrañamente, en los minutos de debate libre tampoco tomó la iniciativa. Todo el tiempo dio la sensación de que dejaba que fueran los otros que peleaban y él miraba desde afuera, incluso disfrutando los ataques de Martín Correa y del mismo Bussi contra el candidato del oficialismo, Pablo Yedlin. Pero en otro, no pudo con su genio: levantando el dedo de su mano izquierda señaló a Yedlin le dijo “momentito, a mí no me grite”, y al final y cruzó algunas palabras con Bussi con el ya comentado “a usted la campaña se la paga la Caja Popular”.
Tal vez sabiendo que sería víctima de ataques puntales, se mostró seguro para contestarlos. Y reafirmó mirando a la cámara que si resulta elegido como senador, asumirá “para lo que lo elija el pueblo”, advirtiendo que no es un candidato testimonial, como lo indicaron tanto Bussi como Yedlin. Después de las elecciones será tiempo de saber si eso es real.
Pablo Yedlin fustigó y criticó con todo a Macri
Daniel Salvador
LA GACETA
La línea del proyecto electoral oficialista para el Congreso de la Nación quedó a resguardo con la exposición del candidato a senador nacional por el Frente de Todos, Pablo Yedlin, durante el debate de LA GACETA. El ex ministro de Salud apeló a su verborragia para las respuestas y a su experiencia para no perder la calma en los debates, pero terminó sucumbiendo a la provocación -primero- del intendente Germán Alfaro (candidato de Juntos por el Cambio), y del postulante de la Izquierda, Martín Correa.
Con este último tuvo tres momentos en los que lo descalificó. Correa esbozó una suerte de denuncia sobre las vacunas para el Covid, diciendo que habían muerto más de 100.000 argentinos a pesar que se “fabricaba” la vacuna en Buenos Aires. “Escuchá para aprender”, le respondió, y “no digas mentiras”, le endilgó luego, y cerró el “careo” con una seña inconfundible con la mano -porque Correa seguía hablando- y repitiendo “andá,…”. El último minuto de ese debate no habló. Dejó que se peleen Alfaro y Bussi.
Yedlin apoyó la mayor parte de sus críticas en los errores y “herencias” del gobierno de Mauricio Macri, siempre personalizadas hacia el candidato de JxC. Hasta le cuestionó que se nombre “peronista”.
Así, dejó en claro que además de propiciar la reforma judicial y terminar con jueces nombrados por decreto y la “puerta giratoria”, además de la reducción progresiva del Impuesto a las Ganancias -que prometió eliminar el macrismo, enfatizó- y oponerse a la supresión de la indemnización laboral por despidos, remarcó que en su lista “no mienten, y van a asumir si ganan”.
Puso tanto énfasis en esta última acusación durante el segundo debate, cuando se enfrascó en la compulsa verbal con Alfaro, que “lo hizo prometer” que si es elegido va a asumir el cargo en el senado.
Y al pedir el voto de la gente, “chapeó” con todo. “Me conocen, fui ministro de Salud y diputado los últimos cuatro años. Estoy orgulloso de las leyes que hemos podido sacar, para que hoy el 80% de los tucumanos esté vacunado contra la Covid y el 50% tenga dos dosis. Con (Juan) Manzur como ministro de Salud en la Nación y yo en la provincia, construimos cuatro hospitales. Imagínense la oportunidad ahora con Manzur como jefe de Gabinete, con (Osvaldo) Jaldo como gobernador y nosotros desde el Congreso, para generar las obras que Tucumán necesita hace tantos años. Voten al Frente de Todos, nosotros vamos a asumir; no le mentimos a la gente; nosotros no somos testimoniales”, cerró.
Yedlin defendió2 los planes sociales como “piso de contención social”; las inversiones en seguridad en la Provincia; rechazó una reforma tributaria y que se grave la renta financiera pero, tras recordar la fuga de divisas durante el macrismo, exigió que sí tribute “el dólar especulativo”. Sobre la deuda externa, indicó que el Gobierno ya acordó con los privados y que el arreglo con el FMI, “no será a costa del hambre del pueblo”.
Martín Correa: "dejar de pagar la deuda externa"
Homero Terán Nougués
LA GACETA
Martín Correa, candidato a senador en primer término por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), estuvo en la sección Tucumán Debate del programa Panorama Tucumano que conducen Federico van Mamerem y Carolina Servetto. Correa dejó en claro sus convicciones de izquierda y fue crítico tanto del gobierno kirchnerista como del macrista, y los “atacó” en cuanto pudo.
En la primera pregunta el candidato fue consultado sobre los planes sociales: “son la confesión del fracaso de quienes nos han gobernado durante los últimos años. La izquierda exige un plan de industrialización, que se financie con los recursos que se liberarán al dejar de pagar la deuda externa y de terminar con la especulación financiera. Ahora, sin acceso al trabajo genuino, la asistencia para las familias es fundamental”. En cuanto a la indemnización por despido, Correa sostuvo que es ilógico pensar en “que despedir a los empleados va a generar más empleo”.
Por otra parte, propuso una reforma tributaria que, como primera medida, elimine el IVA a la canasta básica. “Necesitamos que no sea regresivo, que se grave a las grandes fortunas”, dijo al respecto. En este sentido pidió gravar la renta financiera y utilizar esos recursos para construir un millón de viviendas que sean destinadas a personas de bajos recursos económicos.
En cuanto a la educación propuso que sea pública en todos sus niveles. Mientras, en materia de seguridad criticó la gestión del ex ministro Claudio Maley y aseguró que se debe terminar con el gatillo fácil y garantizar que los jueces sean “elegidos a través del voto popular”.
Durante los debates libres habló sobre la importancia de pagar jubilaciones más altas y mantuvo un tenso cruce con el candidato del Frente de Todos, Pablo Yedlin, por el manejo de la pandemia y la gestión de las vacunas del oficialismo.