Van desapareciendo las “reinas” de las fiestas populares en el país

Van desapareciendo las “reinas” de las fiestas populares en el país

Hasta 2013, cientos de eventos finalizaban con la elección de una “reina”. Ahora 74 localidades que eliminaron estos concursos.

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02 Noviembre 2021

La figura de la “reina” y los concursos de belleza con los que culminaban las más de 300 fiestas nacionales y otras cuantas provinciales fueron eliminados en más de 70 ciudades y carnavales de todo el país desde 2013, en el marco de la creciente problematización de la violencia simbólica en la que se incurre al fomentar este tipo de certámenes, informa Télam en su portal de noticias.

Más de medio siglo atrás, comenzaron en numerosos pueblos y ciudades argentinas las primeras ediciones de sus respectivas fiestas tradicionales, con el objetivo de fomentar el turismo y la economía de cada región.

Los más particulares aromas, sabores, creencias, danzas, música y vestimentas autóctonas convocaron desde entonces a grandes afluencias de turistas para la Fiesta Nacional del Chamamé, en Corrientes, la de la Vendimia, en Mendoza o la de la Cerveza, en Villa General Belgrano, Córdoba, entre otras.

La gran mayoría de estas celebraciones finalizaba con la elección de una “reina”, jóvenes mujeres que eran evaluadas, principalmente, por su aspecto físico y que en muchos casos eran acompañadas de una “reinita” de entre tres y seis años.

Pero desde 2012 se comenzó a sentir con cada vez más fuerza el reclamo encabezado por el movimiento feminista en Argentina, a partir del cual se instaba al Estado en todos sus niveles a dejar de avalar estas instancias en las que “se incurre en violencia simbólica contra las mujeres”. Las pioneras en este cuestionamiento fueron un grupo de mujeres de Bahía Blanca, pertenecientes a la organización Acciones Feministas.

“Como un adorno”

“Considerando la existencia ya de la Ley 26.485, que establece a la violencia simbólica como un tipo de agresión contra la mujer, era una contradicción que el Estado convocara a cosificar y elegir como si fuese un adorno a una mujer en una fiesta popular, bajo patrones claramente sexistas”, manifestó a Télam Verónica Bajo, integrante de Acciones Feministas.

“Me preguntaba qué tenía que ver la mujer con la producción de calamares y langostinos”, contó la activista feminista acerca de los inicios de esta problematización que ellas iniciaron precisamente con la Fiesta Nacional del Calamar y el Langostino, que se celebra cada año en su localidad.

Por su parte, Perla Prigoshin, directora de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (Consavig), dependiente del Ministerio de Justicia, expresó que “para que se llegue a matar a una mujer primero se deben instalar determinadas ideas en la subjetividad, la violencia simbólica está en el germen de todas las violencias”.

El problema radica en que, a través de ciertos criterios de selección como la altura, el peso, el color de ojos, tez y pelo, la soltería y la edad, se envía un mensaje a todas las mujeres, estableciendo determinados estereotipos que ponen a muchas mujeres en verdaderas situaciones de riesgo, en muchos casos traducidos en desórdenes alimentarios.

“Nosotras presenciamos situaciones en las que les medían las piernas a las participantes y nos hicieron llegar casos en los que debían dejar bajo declaración jurada sus medidas y luego se cotejaban”, relató Bajo.

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