Frío, tímido, especulador, calculador, manipulador y fabulador. Esos son algunos de los adjetivos que se utilizaron para explicar cómo es Roberto Carlos Rejas, el condenado a prisión perpetua que se había fugóado cinco días después de haber escuchado la sentencia y que hoy fue atrapado en Salta.
La instructora que le tomó la declaración en la causa había relatado a LA GACETA que “una vez declaró cuatro horas. Él tenía un argumento para cada pregunta. Una salida para cada planteo. Nunca se quedó callado”.
Para reafirmar sus dichos, la empleada judicial indicó que en el interrogatorio como imputado mostró una faceta fría. Rejas, condenado por haber asesinado a Milagros Avellaneda y al hijo en común que tenían ambos, señaló que no sentía nada por Benicio porque no era su hijo. “Después lo escuchamos cuando habló por última vez en el juicio. Allí les dijo a los jueces: ‘les pido que me dejen en libertad para poder encontrar a mi hijo Benicio’. Creo que no hace falta que diga más”, explicó.
La Justicia intentó en vano realizarle un estudio psicológico. Cada vez que los profesionales lo intentaban, amparándose en sus derechos constitucionales, se negaba a terminarlo. Por ese motivo, no se hizo un diagnóstico, sino una aproximación psicológica. No fue un estudio profundo en el que se pudiera definir su personalidad.
Antes de que comience un debate, los imputados también deben presentarse para ser sometidos a una pericia psicológica. Rejas fue el único de los tres acusados que no la hizo.
En el Servicio Penitenciario Rejas fue un reo más. Estuvo alojado en la Unidad 6, pabellón reservado para los integrantes de la fuerza de seguridad que estén procesados o condenados. Durante los más de dos años que estuvo ahí, sólo fue sancionado porque le incautaron seis celulares que hacía ingresar ilegalmente. Sus compañeros de encierro señalaron que siempre se mostró tímido y que no era afecto a hacer amistades.
La abogada Silvia Furque, quien representa a la familia de Milagros y Benicio, también opinó sobre la personalidad de Rejas: “todo el mundo que lo conoce dice que es muy buenito y que es imposible que haya hecho algo así. Pero la realidad indica otra cosa. Le conocimos tres novias, a una la mató y a las otras dos las mandó a un calabozo. Además, con su conducta les generó complicaciones a todos sus amigos y a su familia”.
“Rejas es un chico frío, calculador y detallista”. “Tuvo casi cinco años, el tiempo suficiente para acomodar todas las cargas (las pruebas) y estudiar un libreto. No hizo una mueca ni tuvo distracción”, sostuvo.