Claridades grosas y finas contradicciones

Claridades grosas y finas contradicciones

El Frente de Todos dice ser la alternativa contra las políticas macristas que generaron pobreza. Juntos por el Cambio se presenta como la opción contra la impunidad del kirchnerismo. Fuerza Republicana plantea que esos dos espacios sólo responden a intereses porteños, así que la defensa de los intereses tucumanos debe estar en manos de un partido local. El Frente Amplio, desde su nombre, se opone a toda “grieta” y reivindica la necesidad de que haya menos discusiones y más proyectos. Y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores declara ser distinto a las otras propuestas, a las que califica como organizaciones que defienden a los poderosos y no a los empleados.

Este es, con trazo grueso, el panorama que quedó plasmado anoche en el estudio de televisión de LA GACETA durante el debate entre los candidatos a diputados en segundo término de las cinco listas que quedaron en carrera rumbo a los comicios generales del 14 de noviembre para renovar la representación tucumana en el Congreso de la Nación. La compulsa de propuestas y posiciones fue un acabado botón de muestra de lo que en cada fuerza política planteara en los 30 días de campaña que quedan por delante. Kirchneristas y macristas apuntarán a nacionalizar la elección; el bussismo, a provincializarla; el Frente Amplio, a romper toda polarización; y la izquierda trotskista, a plantear su propia divisoria de aguas: los trabajadores vs. todos los demás.

El trazo fino dejó al descubierto otras cuestiones. Por un lado, la rigidez de los partidos programáticos. Es decir, de la izquierda y de la derecha, con ideologías determinantes y programas que los estructuran. Gerardo Huesen presentó a FR como un partido liberal, para minutos después reclamar “mano dura” contra el narcotráfico y plantear su más liminar oposición contra la educación con perspectiva de género de las escuelas. En el fragor del debate libre, le espetó a Juan José Paz que el FIT quería un modelo como “Venezuela, Corea del Norte o China”. El médico le respondió: “Usted reivindica a un genocida”. Y Huesen contestó: “Y lo seguiré haciendo y con orgullo”. La irreflexión, propia de la inflexibilidad, le jugó una mala pasada.

Precisamente, Paz no se movió un centímetro del discurso de la izquierda obrera. Su propuesta de legalizar el consumo de marihuana lo convirtió, en ese tramo del debate, como el candidato “distinto” de los demás. Polémico, pero diferente. En contraste, su encendida defensa de los trabajadores agroindustriales no tuvo ningún matiz respecto de los productores del campo tucumano, a los que englobó. en materia de agronegocios, como los que “están entre los más ricos de Tucumán”. A esa generalización le falta realidad. En la inflexibilidad, finalmente, terminó coincidiendo con su adversario bussista en señalar al peronismo como el responsable de la pobreza imperante. Y en el antiperonismo los extremos perdieron distinción.

El Frente Amplio,se entrampó en la “ancha avenida del medio”. Frente a la disyuntiva entre avalar u oponerse a la “reforma judicial” del kirchnerismo, terminó en un “ni” opaco. Agustín Fernández, del Frente de Todos, la reivindicó como indispensable para terminar con las demoras tribunalicias. Paula Omodeo, de Juntos por el Cambio, rebatió que no era una “reforma” sino una duplicación de la estructura judicial para licuar a los jueces independientes con magistrados amigos. Pero Guillermo Correa planteó que no había que caer en la grieta del “sí o no” y que las reformas “algo nuevo dejan”. Casi un elogio del candor optimista.

Juntos por el Cambio fue, en la velada, el sector más “desvestido” de referentes. Considerando sus acompañantes y varios tramos del discurso, Omodeo por momentos fue más candidata de CREO que de esa coalición. No la acompañaron ni Germán Alfaro ni Roberto Sánchez. Públicamente, sobrarán las excusas. Privadamente, en CREO reprocharán la soledad, mientras que los socios radicales y del PJS cuestionarán no haber sido invitados por la postulante. Lo que está claro es que las heridas de las PASO no han cerrado en ese frente.

Por el contrario, al jaldista “Tin” Fernández lo acompañaron Carolina Vargas Aignasse y Rossana Chahla, las ministras manzuristas de Gobierno y de Salud. El nombre de los espacio no estuvo en debate, pero el oficialismo mostró un “Todos” y sus competidores no exhibieron un “Juntos”. Y ahí el peronismo consiguió la ventaja de la claridad.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios