¿Sexo y franeleos entre adolescentes? ¿Muffins con forma de vulvas? ¿Un consultor sexual que atiende a sus clientes en un baño nauseabundo?... Sí, hablamos de “Sex Education”.
Con su tercera temporada, la serie volvió a demostrarnos cómo el sexo (en especial en la juventud) dista bastante de ser perfecto y cómo, al contrario, las nuevas experiencias traen consigo inseguridades, estereotipos e idealizaciones.
Precisamente, uno de los atractivos de “Sex Education” es que rompe con las clásicas proyecciones (llenas de mandatos) que muestran el cine y la televisión, y habla sobre la sexualidad desde un discurso positivo. Al punto de ser recomendada por profesionales del ámbito como un buen disparador para abortar temas de educación sexual integral y crear aprendizajes significativos.
“El contenido educativo se encuentra expuesto de una manera altamente asertiva y responsable. Es una serie actual, dinámica, con todos los condimentos que pueden captar la atención de los adolescentes y, a su vez, con la responsabilidad de tratar los problemas más actuales y aquellos que no todos exponen. Debería ser materia obligatoria en todo ámbito educativo y no educativo lograr dar luz a ciertos conceptos velados por el paradigma que nos precede y esclarecer aquello que nos avergonzaba indagar a quienes ya no somos tan jóvenes”, comenta la orientadora en ESI María Cecilia Quinteros.
Masturbación
La escena: Cada vez que Otis intenta masturbarse, un montón de pensamientos llegan a su mente y le resulta imposible tocarse a sí mismo y disfrutar de la experiencia.
Para arrancar con este punto, Quinteros explica que la autoexploración y el autoerotismo son innatos porque la sexualidad nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, como práctica sexual voluntaria, estas cosas llevan un proceso y tiempo particular para cada persona.
En esto influyen muchísimos factores. “No todo lo que recibimos de afuera nos enriquece y fortalece. Un claro ejemplo en la serie es Otis; su madre es una terapeuta sexual que, lejos de facilitar la propia exploración de su sexualidad, la obstruye con ansiedades, con mandatos y con el bombardeo de datos que el adolescente no pidió”, explica.
La lección es que los adultos (en un intento por crear un buen diálogo familiar) pueden pecar de dar a sus hijos, o jóvenes en general, información que ellos no solicitaron o no están preparados para recibir.
Adicionalmente, en estas charlas sobre intimidad hay que tomar distancia y “responder sin invadir”.
Genitales y diversidad
La escena: Adam es conocido entre sus compañeros por el gran tamaño de su pene. Esto conlleva a rumores, chistes sobre su rendimiento e incomodidad por las expectativas. Además de presentar instancias en las cuales le costaba satisfacer a su (ex) novia.
“El tamaño del pene (grande) no garantiza que el encuentro sexual sea verdaderamente placentero. El paradigma en el que muchos fuimos criados sostiene estándares de virilidad construidos a lo largo de los años, pero sin fundamento científico”, recalca Alejandro Díaz, coordinador del curso de OESI de la Fundación para la Salud Sexual (Fundassex).
Para aclararlo, en la anatomía y en la fisiología de un pene grande o pequeño no hay diferencias que provoquen un mayor placer durante el coito, salvo que exista alguna fantasía precisa.
“Las posibilidades de lograr una experiencia sexual placentera son muy amplias como para reducirlas al pene como órgano y a la penetración como acción, exclusivas y excluyentes”, agrega el orientador en ESI.
Acoso y derechos
La escena: en la segunda temporada, durante un viaje en colectivo, un hombre se masturba detrás de Aimee y eyacula en su jean. Ella minimiza el suceso, pero Maeve la obliga a ir a la Policía y denunciar la agresión.
En la comisaría Aimee sigue insistiendo en que su situación fue insignificante en comparación a una señora golpeada que también buscó asistencia. Las palabras de los protagonistas nos recuerdan que la violencia hacia la mujer no abarca solo la injerencia física directa.
“La escena está enmarcada como delito, es acoso callejero y una forma de violencia de género. Por tanto es denunciable. Actualmente el Poder Ejecutivo promulgó la Ley N°27.501, que incorpora el acoso callejero como modalidad de violencia hacia la mujer y lo incluye como hecho delictivo dentro del Código Penal”, aclara Quinteros.
Además, la profesional recalca la importancia de la Ley N°26.150 para acceder a los conocimientos y herramientas suficientes para actuar frente a estas situaciones.
Sobre “Sex education”
¿De qué se trata?
Es una serie de comedia dramática británica, estrenada en 2019 y que cuenta con tres temporadas, disponibles en Netflix. La trama nos presenta a Otis Milburn (a cargo de Asa Butterfield), un adolescente con una perspectiva diferente sobre el sexo y las relaciones sexoafectivas debido a que su madre es terapeuta sexual (Gillian Anderson). Tras un suceso inesperado, él establece en el colegio una “clínica terapéutica” para que otros jóvenes resuelvan sus conflictos íntimos o despejen dudas sobre la virginidad, la identidad, los estereotipos de género, el descubrimiento erótico y las disfunciones.
Rendimiento y virilidad
El consumo de pastillas en jóvenes
En una escena del primer capítulo de “Sex Education”, Adam (el chico malo del instituto) tiene problemas para mantener sus erecciones y lograr complacer a una chica. Esta ansiedad por el desempeño lo lleva a tomar, en secreto, tres pastillas de Viagra (medicamento para tratar la disfunción eréctil). En la vida real, muchos especialistas que advierten sobre un aumento en el consumo de este producto entre los jóvenes. “Es común en los adolescentes tener actitudes que cuestionan los límites, al punto de ser fuertemente negligentes con ellos mismos y con otros. Sumado a la búsqueda de pertenencia a un grupo, el resultado puede llevarlos a asumir comportamientos como el uso de este tipo de sustancias”, comenta Alejandro Díaz. Además, el orientador en ESI resalta que el consumo de sildenafil debe ser siempre prescrito por un especialista ante una condición diagnosticada. “Su uso fuera de estos términos es capaz de provocar un condicionamiento a la sustancia y la posterior y prematura disfunción que pretendíamos solucionar, además de descompensación por la baja de presión arterial y otros resultados adversos”, acota.