El mal olor volvió a invadir la ciudad desde hace varios días. Caminar por las calles del centro presenta al nauseabundo aroma como uno de sus más grandes desventajas. El subsecretario de Protección Ambiental, Marcelo Lizárraga, explicó a LA GACETA que el olor proviene de la vinaza (subproducto de la destilación del etanol) y que queda “contenido” en la ciudad por las condiciones meteorológicas actuales.
“En determinadas ocasiones una capa de aire más denso se deposita bajo el techo de inversión y no permite que el olor de la vinaza se disipe en altura hacia la estratosfera, extendiéndose en forma horizontal. Este fenómeno se denomina inversión de temperatura, pero también lo puede ocasionar una baja presión atmosférica”, explicó el experto. Y continuó: “entonces la vinaza dispuesta en suelo bajo la forma de riego en láminas de hasta 10 milímetros, según el protocolo elaborado por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), en el área que estaba a cargo del fallecido ingeniero Miguel Morandini y transformada en Resoluciones de la Secretaria de Estado de Medio Ambiente (SEMA), genera olores que se difunden en la superficie por el impedimento meteorológico de ascensión en altura”.
El método desarrollado por la Eeaoc prevé los posibles impactos de la vinaza y los evita, salvo el inconveniente de los temporarios malos olores por estas particulares condiciones meteorológicas, reconoció Lizárraga.
Pese a estos efectos adversos y desagradables que devienen de la vinaza, el ingeniero agrónomo defendió su producción debido a los beneficios que podría traer a la provincia. “El horizonte temporal del futuro de la vinaza, que se está impulsando desde la Secretaría y que cuenta con el apoyo empresarial, consiste en transformar la vinaza en un subproducto que es insumo para la fabricación de fertilizantes, o en combustible para la generación de energía eléctrica. De este último está el caso del ingenio Florida, que está instalando usinas termoeléctricas, en sociedad con otra empresa, utilizando vinaza mezclada con bagazo como combustible en una proporción de 70% de vinaza y 30% de bagazo. Esta energía será aportada al mercado eléctrico con un valor diferencial”, sostuvo.
Por último, aseguró que la Secretaría mantiene un monitoreo permanente de la gestión de vinaza de cada fábrica “desde la generación, transporte y disposición final”, mediante el protocolo de trazabilidad normado por la Resolución 148 de la SEMA. “Se monitorea la disposición antes, durante y después de las aplicaciones, cada lugar donde se aplica es previamente aprobado por la SEMA y luego monitoreado en suelos y freáticas para verificar una buena disposición que no afecte los recursos naturales”, indicó.