Investigadores tucumanos desarrollaron parches inteligentes que protegen heridas crónicas, como las causadas por quemaduras o las escaras que se producen cuando una persona lleva mucho tiempo postrada.
Pertenecen al Laboratorio de Medios e Interfases de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT y del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (UNT- Conicet). Y explicaron que son dispositivos teragnósticos, capaces de diagnosticar una infección -y al mismo tiempo curarla-, al liberar una sustancia antibiótica que penetra en el biofilm y actúa específicamente sobre los patógenos.
La investigación está encabezada por la doctora en Bioingeniería, Rossana Madrid, y por el becario doctoral del Conicet, Roberto Chaile, ambos del equipo de Biosensores y Microsistemas. Trabajan junto al grupo de Ingeniería de Tejidos que encabeza la doctora Andrea Rodríguez. Ambos espacios integran el Laboratorio de Medios e Interfases conocido como Lamein, por su abreviatura.
Por el momento el estudio se encuentra en etapa de laboratorio, en la cual se realizan ensayos con modelos de tejido artificial. Si las pruebas avanzan y se obtienen resultados positivos, entonces desarrollarán un prototipo para desarrollar testeos en animales de experimentación. Luego de probar la eficacia e inocuidad de los parches, podrían comenzar las pruebas clínicas con pacientes.
"Queremos que estas investigaciones no se queden en el laboratorio ni en el paper, buscamos transferir esa tecnología a la gente", afirmó Madrid. Sin embargo, la profesional reconoció que los ensayos clínicos suelen ser muy costosos para los investigadores del país, entonces suelen buscan aportes del sector privado o bien intentan adaptar la tarea del grupo de investigación para constituir una startup, que permita canalizar el proyecto.
La bioingeniera evaluó como beneficio principal del parche que "aporta a la pronta mejora de la herida y reduce la frecuencia necesaria para realizar la limpieza quirúrgica, ya que este tipo de limpieza suele lastimar el tejido sano del paciente". Asimismo, sostuvo que al ayudar a la erradicación de la infección, también contribuye a una regeneración más rápida del tejido de la piel y a la curación completa de la herida.
Chaile es doctor en Ciencias Biológicas y su tesis describe y ensaya la acción de estos parches. Explica que, en muchas ocasiones, aunque el médico limpie la herida no llega a percibir el biofilm formado por los microorganismos patógenos. "Por lo tanto, que el médico conozca si su paciente tiene la herida infectada por el cambio de color del parche y que sepa con precisión cuál es el sector infectado, le brinda información muy útil", puntualizó.
"El parche inteligente está constituido por un soporte plástico tipo polímero que se hace rígido con la temperatura y es capaz de cambiar de forma para adaptarse a las heridas de diferentes tamaños", detalló el joven investigador. Y agregó que el dispositivo tiene incorporado un sensor, que es otro polímero de hidrogel, que cuando absorbe la humedad se hincha y cambia de color. "Esos geles detectan el biofilm, que es una especie de capa producida por las bacterias, que impide la penetración de la medicación común", apuntó.
Cuando el parche detecta la infección, libera una sustancia antibiótica justo sobre el biofilm. "Ensayamos con partículas de plata como antibiótico y obtuvimos buenos resultados", comenta Chaile. Y agregó que en el mercado existen parches similares, pero liberan la medicación sobre la herida completa, sin discriminar la parte infectada de la sana.