En los sectores más pobres, solo uno de cada tres adultos terminó la secundaria

En los sectores más pobres, solo uno de cada tres adultos terminó la secundaria

“La situación se agrava en las zonas rurales de Tucumán porque no hay cifras”, dice Diego Aguilar.

En los sectores más pobres, solo uno de cada tres adultos terminó la secundaria

El poder igualador de la escuela se desvanece en un país cada vez con más pobres. Según el último informe del Indec, el 30% de los hogares más ricos concentran el 50% de los ingresos. Y, al revés, el 30% de las familias más pobres se reparten apenas el 14% de los ingresos. El Observatorio Argentinos por la Educación resalta esta realidad para mostrar cómo la escuela se convierte en caja de resonancia: hoy, apenas uno de cada tres adultos de escasos recursos ha podido terminar la escuela secundaria en la Argentina.

En Tucumán Diego Aguilar, director ejecutivo de la fundación León, que tiene a su cargo el Observatorio de la Pobreza, estima que en la Provincia la situación es peor. “Según el Indec, la pobreza aumentó más del 46% en Tucumán, y además seis de cada 10 niños son pobres. Si bien este fenómeno es multidimensional, afecta especialmente a la educación. La escuela puede ser gratuita pero las familias tienen muchas barreras para enviar a sus hijos a la escuela. Durante la pandemia aumentó considerablemente la cantidad de jóvenes que abandonan sus estudios porque tienen que ir a trabajar. Pero todas las cifras que manejamos son de centros urbanos. No tenemos información de las zonas rurales de Tucumán ni del país. Y esto nos preocupa porque si no sabemos cuantos chicos no van a la escuela en el interior tampoco podemos tomar decisiones y diseñar políticas públicas, ni programas para ayudarlos”, argumenta.

Aguilar acaba de abrir una sede de León en Quilmes, Amaicha del Valle. “Hablamos con la comunidad y sabemos que son muchos los chicos que no pueden llegar a las escuelas por la distancia, por los malos caminos o porque los jóvenes tienen que trabajar para ayudar a sus hogares. Muchos pertenecen a pueblos originarios por lo que hay un componente de discriminación”, advierte. “Aunque no hay cifras oficiales, con seguridad en Tucumán hay más adultos que no terminaron la secundaria que en el resto del país”, apuesta.

Según el informe de Argentinos por la Educación el 93% de los mayores de 25 años terminó la primaria pero solo el 58% completó el secundario. La desigualdad es alarmante. Mientras en el decil más alto de la población el 87% concluyó la escuela media (similar a lo que ocurre en la Unión Europea), en el otro extremo, menos del tercio lo logra. Es decir que hay una brecha de 55 puntos en la concreción del nivel medio entre los grupos más y menos favorecidos económicamente.

También destaca que la escuelas públicas escolarizan a casi la totalidad de los niños y niñas del decil de menores ingresos (94%). En el extremo de mayores recursos, el 80% asiste a colegios privados.

Los investigadores, Ivana Templado, Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman (del Observatorio de Argentinos por la Educación) decidieron resaltar el nivel de estudios de las madres: concluyeron que es más alto entre las que mandan sus hijos a colegios privados (casi el 40% tiene título universitario y 45%, secundario). En cambio, sólo el 40% de las madres de los niños, niñas y adolescentes que concurren al sector público terminaron la educación obligatoria y, apenas, un 10%, la universidad.

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