Hubo una pregunta que le hicieron a Pablo De Muner después del triunfo de San Martín sobre Gimnasia de Mendoza que lo dejó pensando. Si bien contestó rápido, seguramente la respuesta se amplió luego en su mente, en su intimidad. “¿Cambia la manera de plantear los partidos ahora que hay público en las canchas?”, fue la consulta. “Está claro que tenemos que aprovechar la condición de local, clarísimo”, fue la respuesta del entrenador “santo”. Puede que el planteo del lunes haya estado apoyado o al menos beneficiado por los miles de hinchas que concurrieron a La Ciudadela, pero las respuestas internas de “Tomate” pasan por el futuro. Por los hinchas rivales que ahora deberá sufrir y ¿por el planteo que deberá ajustar?
Estudiantes en Río Cuarto, Córdoba asoma en el horizonte del equipo. Más precisamente en el próximo lunes desde las 17.10. Ese equipo viene de sufrir a la hinchada del puntero Almirante Brown en Isidro Casanova aunque se la “bancó” bastante bien. Arrancó ganando y el local pudo apenas empatarlo a través de un penal. Al final incluso tuvo chances de ganar el duelo. Ahora, le llegó el turno de aprovechar el aliento de sus propios hinchas. Y será el “Santo” el que deba manejarlos.
No será nada fácil, pero quizás más por la falta de costumbre que por otra cosa. Hace más de 18 meses que el equipo no juega con hinchas visitantes. ¿La última? Aquel 0-1 ante Brown en Adrogué en marzo de 2020. Será cuestión de adaptarse al clima hostil y ya. Precisamente hablamos del Estadio Ciudad de Río Cuarto Antonio Candini con capacidad para 12.000 espectadores. Técnicamente debería poder recibir solo 6.000, pero está visto tras la primera fecha con público que muy pocos respetaron el 50% de aforo.
La idea del próximo planteo entonces puede ser aprovecharse de la presión de los hinchas de su rival. El propio De Muner habló de la presión de sus propios fanáticos sumada a la de no convertir en más de tres partidos. “En el primer tiempo nos faltaba soltarnos y sacarnos un poco la presión”, reconoció el técnico. Volver a jugar con hinchas ansiosos como si se tratara de una final también merecía una adaptación.
Será el equipo de Río Cuarto el que deberá soportar esa presión ahora. “Hay que entender que es más lindo cuando se juega con todo en contra”, aseguró el histórico Paolo Montero en su visita a Tucumán este último fin de semana con San Lorenzo.
¿Será así para el otro “Santo” el próximo lunes? Todos esperan que sí, pero el temor a responder está. Después de todo la ausencia de público a favor y en contra le hizo bien al equipo hasta aquí: una campaña de más de 40 puntos para estar compartiendo la segunda posición. “El equipo ha sacado una cantidad de puntos que es muy valorable. No es suficiente para ser primeros, pero repito, hay que valorarlo”, dijo De Muner.
Por el momento, el regreso de los hinchas fue perfecto para De Muner y su equipo. Al triunfo propio se le sumaron los resultados favorables de los otros equipos con los que pelea el ascenso. Almirante, como decíamos, no pasó del empate aún con el apoyo de su público, mientras que Tigre y Quilmes perdieron categóricamente ante rivales menores. “Con los resultados que se dieron hicimos lo que teníamos que hacer”, explicó el entrenador.
Justamente a esos dos últimos equipos (el “Cervecero” y el “Matador”) deberá enfrentar en las últimas fechas del campeonato. En el sur del Gran Buenos Aires primero y para cerrar la fase regular en Tucumán. Con gente a favor y con gente en contra. Con todo lo que eso supone tras el regreso del público.
El bendito aforo
Un empleado de San Martín, denunció (sin especificar) la venta de entradas falsas para el partido ante Gimnasia. Mosiello aseguró que se respetó el aforo de 50%.
Ramírez, el árbitro
Nicolás Ramírez fue designado como el juez del partido del próximo lunes en Río Cuarto. La mala noticia fue la lesión de Gonzalo Gutiérrez: ruptura del ligamento cruzado anterior.