Lo peor durante la pandemia fue no ver a su gran amor
Pese a que el barbijo le cubría casi la mitad de su cara, él se las ingeniaba para demostrar una felicidad que no cabía en su cuerpo. Bajó de su auto casi enfrente de las boleterías, saludó a todo aquel que estaba cerca y se puso en la fila correspondiente. Pasó por caja y cuando tuvo el ticket en su mano, lo miró varias veces y sonrió.
Los ojos de Franco Álvarez Tartaglia se achinaron de inmediato, su cara se ruborizó y su piel se erizó imaginándose el lunes en su butaca, gritando, saltando, alentando y empujando al gran amor de su vida. “No ver a San Martín fue peor que la pandemia misma”, le dice de manera contundente a LG Deportiva mostrando orgulloso el pase para ver al equipo contra Gimnasia de Mendoza.
Es socio de toda la vida y la covid-19 hizo lo que nadie había podido: dejarlo sin La Ciudadela y sin esos viajes locos para seguir a su equipo. “Para mí San Martín es todo. Tengo 20 grupos de WhatsApp en los que todo el día estamos hablando de lo mismo y no poder venir a la cancha era lo peor del mundo” asegura, soltando más detalles que van pintando de pies a cabeza su pasión roja y blanca. “Desde los 5 años que vengo a la cancha y no falté nunca, nunca. Mi viejo me transmitió esta hermosa enfermedad y hasta conocí miles de lugares por seguir a San Martín. Fui a canchas ‘camuflado’ e hice miles de locuras. Es algo indescriptible lo que siento por estos colores”.
Franco está pisando los 40 años y lleva una vida al lado del “Santo”. Tiene miles de anécdotas y recuerdos; pero hay algo que llevará grabado a fuego por el resto de sus días. “Junto a San Martín viví muchísimas cosas, pero hay algo que para mí tiene un valor especial. Algo muy fuerte, una especie de recuerdo agridulce”, relata antes de soltar más detalles de una ocasión que fue un cimbronazo tremendo. “El día que logramos el ascenso en Andalgalá, que logramos salir del Federal A, lo perdí a mi ‘viejo’ en la plaza, durante los festejos. Mi papá, que era tan enfermo por estos colores como yo, sufrió un ataque cardíaco y falleció en medio de los festejos. Ese ascenso quedará marcado para siempre en mi corazón porque de la alegría sin final, de una locura imposible de relatar pasamos a un sufrimiento indescriptible”.
Papá Álvarez fue el que le transmitió la pasión a Franco y a su hermano. Es por eso que el regreso al “templo” será más especial todavía. “Será en honor a mi ‘viejo’ también. Él nos transmitió esta locura y nos hizo tan fanáticos y enfermos de San Martín”, jura contando los segundos que faltan para volver a encontrarse con sus hermanos “cirujas”, en su segunda casa. “Estoy ansioso, esperando que llegue el lunes. Ojalá que el regreso del público le dé un envión al equipo para llegar al objetivo”, concluye Álvarez Tartaglia, para quien la pandemia llegó a su final. Porque volver a La Ciudadela era con lo único que soñaba.
Convencida de que la hinchada motivará a los jugadores
Después de un año y siete meses sin ir a la cancha, no llama la atención la exclamación de Gladys Campos. “¡Ya no veía la hora. Esto es una gran alegría. Siempre lo vengo a ver!”, explicó la abuela de Milagros y Samira sobre su pasión por el “Santo”.
La tristeza que le genera la abstinencia “ciruja” se entiende más aún porque doña Gladys ya tiene el estatus de socia vitalicia. “¿Hace cuánto? No sé, ya ni me acuerdo”, respondió Campos, mientras daba la orden a una de sus nietas. “Buscá en el carnet, ahí debe decir”, exigió.
No hubo confirmación del dato, pero se asume que computa muchas décadas para llegar a esa condición. Se movió por todas las tribunas del estadio; el lunes estará en la platea sur baja junto a Milagros y Samira. De seguro, la nostalgia invadirá los diálogos de las tres mujeres porque será un día de esos que estarán por siempre en el anecdotario “ciruja”, del fútbol argentino, en general. El tiempo sin ver al “Santo” en vivo fue demasiado y mucho quedó sin vivirse. Por citar algunos jugadores, Nicolás Sansotre o Marcelo Estigarribia sentirán por primera vez lo que es tener a La Ciudadela a su favor, algo más que positivo según la percepción de Campos. “No porque sea ‘ciruja’, pero somos un club grande y la hinchada que tiene San Martín no la tiene nadie. La hinchada los lleva a los jugadores, no hay nada que hacer. San Martín es un club que hace que uno lo ame”, afirmó emocionada la simpatizante.
Con entrada en mano, cruza los dedos para poder llevar a su hijo
Se agarró la cabeza cuando el club anunciaba que se suspendía la venta de entradas. Las demoras de la AFA para anunciar las medidas que el público debía cumplir al ingresar a los estadios fue el motivo. “Fue un golpazo, pero ahora ¡a disfrutar el lunes!”, dijo Alejandro Rocchio. El socio “ciruja” estaba desesperado el miércoles, pero 48 horas más tarde celebraba en la vereda de calle Bolívar al tener su entrada. “La vuelta es muy esperada porque el año pasado nació mi hijo y soñaba con traerlo. Tiene un añito y dos meses, es pura pandemia”, contó entre risas.
Claro está, el pequeño Manuel deberá esperar por una flexibilización, otra de las tantas que se plantea por la covid-19. “Mi idea es traerlo, pero no sé si me dejarán por los protocolos”, reflexionó Rocchio, que desde el primer día en el que su hijo llegó al mundo le hizo el carnet de socio.
Alejandro habla de lo deportivo sin cruzar los dedos, como sí lo hace al hablar de la posible presencia de su hijo en La Ciudadela. Para él, lo que vienen haciendo el equipo de Pablo De Muner no tiene que ver con la suerte. “Hay que ser un poquito más contundentes, nada más”, apuntó Rocchio sobre el cuarto mejor equipo de la zona A. Y fue seguro en su deseo: “le tengo fe para que ascienda”. “El equipo está bien desde la llegada de Pablo”, opinó. El lunes su butaca en la zona central alta lo espera junto con sus amigos y con la esperanza de tenerlo también a Manuel.
RINCÓN "SANTO"
Ritmo sostenido en el primer día de venta de entradas
Ayer a las 9 abrieron las boleterías de La Ciudadela y los hinchas fueron allí a lo largo de toda la jornada. Se habilitaron 15 ventanillas, por lo que todo transcurrió con normalidad y no hubo amontonamiento de gente en ningún momento. “A lo sumo la fila fue de 15 o 20 personas. Pero rápidamente pasaban, compraban sus entradas y se iban. Eso sí, el caudal de gente no se cortó casi en ningún momento”, informaron desde Bolívar y Pellegrini.
Hoy, los socios podrán adquirir las populares
Entre las 9 y las 19, en Bolívar y Pellegrini, seguirá la venta de tickets. Será el orden de prioridad número 2, en el que los socios con más de un año de antigüedad podrán obtener su pase para el juego del lunes. Además de que seguirán vendiéndose plateas, será el primer día para las populares. Ayer, había sido el turno de los vitalicios y los socios con abono.
Los tickets para palcos, en las oficinas del centro
Los asociados que tienen palcos en La Ciudadela, deberán pasar hoy, entre las 9 y las 14, por las oficinas ubicadas en calle Maipú 50 PB. Allí podrán obtener sus entradas para el duelo ante Gimnasia y Esgrima de Mendoza.
Ya está habilitada la web para sacar el permiso
En www.argentina.gob.ar/volvemos, los hinchas que asistirán al estadio tienen que sacar el permiso correspondiente. El sistema es similar al formulario “Turismo”. Deben cargar todos sus datos y en dos horas, obtienen el permiso.
Una buena noticia de cara a un duelo trascendental
Desde las 9.30, en el complejo “Natalio Mirkin”, el plantel se entrenará pensando en el “Lobo”. Maximiliano Martínez está recuperado de su esguince de rodilla y es una opción más para Pablo De Muner.