29 Septiembre 2021
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El cielo nublado no siempre suele ser sinónimo de alivio para los tucumanos, que sienten en sus fosas nasales el ardor que provoca ese tan característico olor desagradable, medio dulce y medio amargo. Emanado de los desechos de la industria azucarera, este fenómeno se repite desde hace años y hoy se sentirá con intensidad porque las nubes funcionarán de techo durante el resto de la jornada.
Ocurre que la vinaza, que antes se desechaba en los ríos, es empleada empleado como abono de los cultivos que rodean la capital, Tafi Viejo, Banda del Río Salí y la zona sur. Esos gases liberados del compost son arrastrados por las corrientes de aire y se convirtieron en un sello más de la tucumanidad. De hecho, ese "olor a..." es un tema recurrente entre las conversaciones.
Llamado inversión térmica, este fenómeno meteorológico no deja que los olores se escapan a la estratósfera y quedan “encajonados” en el Gran San Miguel de Tucumán.
Hace mucho que se proyecta utilizar la vinaza para producir energía y así dejar de arrojarla a los campos. Pero como todavía eso no ocurrió, los olores nauseabundos se repitirán en cada primavera y en cada verano. Así que ya sabés: no tiene solución y que depende del estado del tiempo.
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