Tucumán, tierra de la eterna primavera, hoy aún sigue acorralada por la pandemia de Covid 19 llevándose a muchos hermanos ante Dios, como el viento en el tiempo que va acallando los ecos de esas voces tormentosas y escalofriantes de palabras expresadas por varios precandidatos, gozando la mayoría un buen pasar económico con cargos políticos protegidos por el fuero sin usar licencias para participar en el gran teatro político del 2021, repitiendo los mismos libretos de siempre, plagados de incertidumbres, nepotismo, traiciones que se perdonan pero no se olvidan, con partidos intervenidos, sociedades electorales y tantas artimañas estratégicas políticas para ganar y ganar sin mostrar sus buenas acciones. Nos falta un plan salvador para bajar la inflación, recuperar el digno trabajo en el duro oficio de vivir junto a la economía, salud y educación cultural, seguridad y justicia , restablecer el medio ambiente. Hacer conocer sus verdaderas ideologías, escuchar el clamor de las necesidades del pueblo. Pero la indiferencia, como la soberbia, no piensa que el hambre puede algún día tragarse al miedo en silencio y en honor al poder de la palabra los sentimientos podrían revelarse estallando con el clamor del libertad para la democracia del pueblo.
Pedro Pablo Castaño