Bajo un fuerte hermetismo y nerviosismo, con especulaciones de todo tipo respecto a lo que puede suceder a partir de hoy y con teléfonos que ardieron -y otros que permanecieron muy cerrados-. Así transcurrió el domingo para los dirigentes jaldistas.
Las fuentes consultadas reconocieron que son cada vez más fuertes las presiones que soplan desde Buenos Aires sobre el vicegobernador Osvaldo Jaldo, para que desista de hacerse cargo del Poder Ejecutivo tucumano ante una eventual ausencia prolongada de Juan Manzur. Pero, a su vez, remarcaron que el espacio Peronismo Verdadero fue tajante con su postura el sábado: él debe asumir como gobernador, y esa decisión está avalada por la Constitución (artículos 87 y 91).
A última hora de ayer, importantes dirigentes del armado jaldista afirmaron que el tranqueño sigue firme en su decisión de no poner un pie fuera de Tucumán. Reconocieron que hubo nuevas conversaciones (el sábado lo llamó Alberto Fernández y quedó en hacerlo ayer nuevamente), pero dejaron saber que el propio vicegobernador pidió no hablar sobre el tema hasta hoy.
Para que Jaldo se traslade a la Casa de Gobierno, Manzur debe mudarse antes a Buenos Aires, para asumir como jefe de Gabinete de la Nación. Y, previo a eso, debe tomar licencia del cargo para el cual fue reelecto en 2019. ¿Aceptará asumir al frente del Ministerio más importante de la Nación si no logra resolver el conflicto comarcano con su ex compañero de fórmula? ¿Dejará ”huérfana” a la dirigencia que lo respaldó a capa y espada en el conflicto partidario?
En el jaldismo descreen que el mandatario vaya a desistir de esa posibilidad. Consideran que Fernández y Cristina Kirchner lo pusieron en una posición que no tiene marcha atrás. “No van a quedar expuestos a nivel país por un vicegobernador. Ya es una cuestión nacional, no comarcana”, analizó un referente de la zona este. Además, remarcaron que por una Jefatura de Gabinete pasa toda la política del país, detrás del Presidente. “Es a lo que siempre ha aspirado”, dijeron.
Una sesión en vilo
Hasta anoche había cierto escepticismo sobre la determinación de Manzur ya que a la Cámara no había ingresado ninguna documentación para que los legisladores autorizaran su ausencia. Incluso, durante la tarde, se rumoreó con la posibilidad de que el mandatario tomara licencia a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU). Lo que este instrumento permite es -básicamente- que algo sea ley, a menos que la Legislatura vote lo contrario. En el ambiente político eso se leería como una “mojada de oreja”, lo cual tensaría aún más la relación institucional.
En el caso de que la nota de licencia de Manzur ingresara a primera hora de hoy, la Cámara se verá impedida de sesionar de inmediato. Por un lado, porque se deben cumplir algunos pasos previstos en el reglamento interno de la Legislatura, como la conformación de un decreto de citación a los legisladores. Pero, principalmente, porque a las 9 se celebrará una nueva audiencia del juicio político contra el juez Juan Francisco Pisa (ver aparte) y hay parlamentarios afectados al Jury del proceso de destitución. La posibilidad que toma más fuerza sería sesionar al mediodía, siempre y cuando haya novedades por Mesa de Entradas.
“Capricho político”
Dirigentes de trayectoria en el Partido Justicialista, hoy alineados con Jaldo, analizaron que si bien uno de los valores peronistas es que “primero está la Patria, después el Movimiento y luego los hombres”, consideraron que este no es el caso. Dijeron que en este caso la Patria no llama al vicegobernador, sino que le ofrece un cargo en el Banco Nación para sacarlo de Tucumán, no para cambiar el rumbo del Gobierno de la Nación tras la derrota en las urnas y la difícil situación por la pandemia. “El principal problema de esto es la falta de diálogo”, reflexionaron.
En el bloque Justicialista de Todos, los legisladores consultados reconocieron que había mucho hermetismo respecto a la decisión de su conductor. De todos modos, dejaron en claro que ya hicieron saber su postura y que estaban convencidos de que Jaldo la respetaría. En caso de que el cruce se concrete, analizaron que el tranqueño debería buscar el consenso, destrabar los conflictos que se vienen arrastrando desde octubre y ser cuidadoso a la hora de tomar decisiones.
En cuanto a la postura de Manzur, de querer quitar a Jaldo del medio para que en el Ejecutivo asuma un hombre de su confianza, como el legislador Sergio Mansilla, los dirigentes jaldistas opinaron que se trata de “un capricho político que excede cualquier racionalidad”. “Por derecho constitucional le corresponde a Jaldo, no es que estamos queriendo imponer nada”, agregaron. De todos modos, dejaron trascender que Regino Amado (presidente subrogante) y Juan Ruiz Olivares (vicepresidente primero) pusieron a disposición de Jaldo su ubicación en la mesa de conducción, en caso de que lo considere necesario.
La película política e institucional tucumana se mantiene en un nudo que se ciñe más a cada minuto. Se vienen horas decisivas desde lo institucional, en un conflicto político que está muy lejos de tener un final.
Juicio político contra Pisa: a las 9 se leerán las razones de la defensa
En medio de las turbulencias políticas e institucionales de la provincia, avanza el juicio político contra el juez Juan Francisco Pisa. Hoy a las 9, en el cuarto piso de la Legislatura, se realizará una nueva audiencia del proceso de destitución contra el magistrado, quien está acusado de haber incumplido los deberes a su cargo y de no haber actuado con perspectiva de género en una causa vinculada a Paola Tacacho. Está previsto que se lean los argumentos de la defensa del magistrado, la cual está compuesta por Ernesto Baaclini y Camilio Atim Antoni. Los abogados remarcaron que en el escrito que presentaron el jueves se recusaron las acusaciones de la comisión de Juicio Político -que preside Raúl Ferrazzano- y subrayaron que el juez cumplió con lo que expresa el Código Procesal Penal, en un fallo emitido hace más de tres años. Los letrados insistieron con que el caso que le envió el Ministerio Público Fiscal a Pisa era por desobediencia judicial y que la víctima era la administración de justicia.