Como si el indiscutible triunfo electoral del domingo pasado no hubiese sido suficiente, los opositores al Gobierno nacional recibieron una nueva inyección de proteínas para fortalecer los músculos. Y esta llegó de regalo, no hubo que salir a buscarla, como sí fue necesario hacer con el resultado electoral. El kirchnerismo más acérrimo se encargó de sentar a los dirigentes de las fuerzas contrarias en una especie palco para que observen el mecanismo mediante el cual se intentó someter al presidente de la Nación a cumplir con los designios de su vice, tal como permiten interpretar los hechos que se sucedieron durante toda la tarde de ayer.
Los dirigentes radicales, del PRO y de la Coalición Cívica, por nombrar algunos de los espacios más importantes de la oposición, desfilaron ayer por canales de televisión, radios y diarios. La mayoría mostró cautela. De hecho, el presidente del interbloque de diputados de Juntos por el Cambio, Mario Negri, advirtió: “el Frente de Todos debe resolver sus diferencias internas sin hacerle más daño a la Argentina”. “Hay un país que se expresó contundentemente en las urnas y exige soluciones a sus problemas. El oficialismo debe actuar con máxima responsabilidad”, reclamó Negri en su cuenta de Twitter.
La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, dijo que se trata de un problema interno del oficialismo: “El domingo nosotros garantizamos más república y ellos no pueden convivir con eso. Es un tema de ellos. El Presidente debe garantizar su gobierno”, afirmó a Infobae.
Atados con alambre
“Están atados con alambre, se unieron para conquistar el poder y la derrota del domingo muestra lo que son: no hay una comunión de proyectos, un programa, una orientación para el país”, dijo el titular de la UCR y ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, a Clarín.
“Desde nuestro rol de gobernadores y de oposición debemos sostener la democracia y las instituciones. El Presidente fue elegido hasta el 2023. Lamento que después de una derrota el Gobierno rompa filas”, agregó el gobernador jujeño, el radical Gerardo Morales.
Desde la mesa de dirigentes del PRO se llamó a “cuidar la institucionalidad” y varios de sus integrantes dejaron trascender en sus redes sociales que el problema es exclusivo del oficialismo y que son los dirigentes y funcionarios de ese espacio quienes deben resolverlo.
“Golpe de estado”
Quien se despachó con más potencia fue Elisa Carrió. Fiel a su estilo disparó: “El intento de vaciar al Presidente de parte de un vicepresidente es un golpe de Estado”, dijo la ex diputada a radio Mitre.
“Se quieren correr de una derrota que es de Cristina Kirchner”, argumentó sobre las renuncias de los ministros más ligados al kirchnerismo.. Agregó: “un vicepresidente no puede ser el jefe de la oposición de su propio Presidente”.
Mercados: preocupación e incertidumbre por la crisis política del oficialismo
La crisis política que se desató en el gobierno de Alberto Fernández luego del virtual portazo que dieron los ministros ligados a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, acrecentó la incertidumbre respecto del rumbo que tomará el Gobierno tras la contundente derrota que sufrió en las PASO. De hecho, las acciones argentinas en Wall Street cayeron un 9%. A su vez, el Merval de la Bolsa porteña recortó 6,5% desde los máximos alcanzados el lunes, cuando el mercado celebraba el triunfo opositor en las primarias. Además, ayer a las 17 el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, escalaba seis unidades para la Argentina.