Solos o acompañados de familiares y amigos, los jóvenes se acercaron a las escuelas para participar de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Según los datos de la Justicia Electoral, en Tucumán hubo 1.267.045 ciudadanos habilitados para emitir su sufragio en 3.761 mesas; y de ese total, 20.906 fueron chicos de 16 y 17 años (1,65% del padrón).
Las sensaciones con la que los jóvenes se acercaron a sufragar fueron diversas. La realidad que atraviesa el país por los altos índices de desempleo y la inestabilidad económica atentó de lleno contra las ilusiones y los sueños de muchos de ellos, por eso la idea de migrar resultó recurrente.
Durante las semanas que duró la campaña, a los candidatos se los escuchó muy poco hablarle a los más chicos y ellos lo notaron. Más allá que alguno de los precandidatos haya optado por las redes sociales del momento (TikTok e Instagram) para canalizar sus propuestas, algunos de ellos solo recordaron las peleas intestinas.
Constanza, de 17 años, fue una de las tantas adolescentes que votó por primera vez. Después de emitir su voto en una escuela del microcentro, la adolescente confesó que aunque no prestó mucha atención a la campaña proselitista “si tenía en claro que había quiebres en los distintos frentes”, pero nada más.
La adolescente también destacó que ella asistió a sufragar ante la insistencia de su mamá porque “no tenía muchas ganas” de participar de la jornada democrática.
“Tengo expectativas en que la situación mejore, aunque sé que al país no le está yendo del todo bien, pero siento que nosotros como jóvenes debemos ser los promotores de los cambios”, enfatizó.
Mirando al norte
Max tiene 18 años, votó por segunda vez en su vida y se acercó a las urnas con un único objetivo: “Quiero que algo cambie”. “En este tiempo no encontré a un candidato que me convenza y elegí al que consideraba menos peor. La verdad me da ganas de irme del país y siento tristeza porque no veo futuro aquí”.
Max cursa su último año en el secundario y observa con seriedad la posibilidad de mudarse a países como Estados Unidos si el rumbo de Argentina “no cambia”.
Gerónimo, de 18 años, tuvo una mirada similar. “Por momentos siento que vivimos en una isla porque no tenemos cosas que tienen otros países. Por eso y aunque tengo expectativas en Argentina, no descartó irme si pudiera cursar mis estudios allá y trabajar”.
Insatisfacción
“Vine a votar con resignación. Quería aprovechar esta oportunidad para que algo mejore. Vivo con mis padres, los veo trabajar todo el día y que la plata no les alcanza. Espero con ansías que algo cambie”, expresó Virginia (17) y destacó que a pesar de ver con lejanía un futuro próspero, no piensa en migrar por la falta de recursos.
Finalmente, Octavio fue otro de los jóvenes que emitió su voto en la urna con un sentimiento más de obligación que de compromiso.
Con 18 años señaló que observa con preocupación que “siempre gobiernan y se candidatean los mismos”. “Las últimas presidencias no cambiaron el país en nada, cuando intentan pagar la deuda se genera más deuda porque sigue habiendo corrupción y así es muy difícil progresar”, concluyó.