Los elegidos en un eventual reparto de bancas

Ayer se definieron las listas de candidatos que competirán en las elecciones generales del 14 de noviembre. Están en juego las tres bancas a senador nacional y las cuatro a diputado nacional por Tucumán que se renuevan en el Congreso a fin de año. ¿Qué habría pasado si, en lugar de dirimirse el armado de las boletas, en las PASO se hubiese resuelto el reparto de escaños?

En cuanto a la categoría para la Cámara Alta, dos de los tres lugares correspondería al espacio más votado; es decir, el Frente de Todos. En este caso, los precandidatos Pablo Yedlin y Sandra Mendoza de Orellana, que responden al gobernador Juan Manzur, hubiesen resultado electos senadores nacionales por la mayoría.

La banca por la minoría, en tanto, hubiese sido para el precandidato Germán Alfaro, de la lista “Juntos para Construir” (Juntos por el Cambio), quien se impuso en la interna de la oposición sobre los radicales Mariano Campero (“Juntos por Tucumán) y José Manuel Cano (“Cambiemos Juntos”).

El reparto de escaños para al Cámara Baja, en tanto, se define a través del método D’hont, un sistema de cálculo que permite una distribución de lugares sobre la base de la proporción de sufragios obtenida por las listas.

Si todas las boletas de precandidatos hubiesen competido entre sí (es decir, sin contemplar las internas celebradas en los distintos frentes), tres de las cuatro bancas para la Cámara Baja hubiesen sido para el peronismo, y la restante, para la oposición. ¿Cuál habría sido el orden? Rossana Chahla (FdT-Lealtad Peronista), Osvaldo Jaldo (FdT-Todos por Tucumán), Elia Fernández (FdT, Lealtad Peronista) y Roberto Sánchez (JxC-Juntos por Tucumán).

En tanto que, si se contemplaran los resultados globales obtenidos por los frentes electorales (un escenario más parecido al que podría tener lugar en las generales del 14 de noviembre), el reparto hubiese sido equitativo -dos para el oficialismo y dos para la oposición-, más allá de que el Frente de Todos sacó ayer casi el 50% de los sufragios, mientras que Juntos por el Cambio acumuló el 35%.

De hecho, esa es la distribución actual de las cuatro bancas por Tucumán que se renuevan en la Cámara de Diputados de la Nación. Es decir que en este “juego de proyecciones” de frente contra frente, el peronismo hubiese logrado sostener un mayor caudal electoral que Juntos por el Cambio, pero no le habría alcanzado para arrebatarle un escaño a la alianza opositora.