El retroceso de Bolsonaro decepciona a sus seguidores

El retroceso de Bolsonaro decepciona a sus seguidores

El mandatario pidió calma, dijo que sus arengas fueron “calor del momento” y llamó a Temer para que lo ayude.

13 Septiembre 2021

BRASILIA, Brasil.- Dos días después de sus amenazas al Supremo Tribunal Federal, la corte suprema de su país, Jair Bolsonaro tuvo que cambiar el tono, explicar que no tuvo intenciones de atentar contra las instituciones y calmar a sus seguidores, que habían empezado a bloquear rutas para pedir una intervención militar. Varios activistas de ultraderecha lo trataron de cobarde y de traidor y dijeron que le retirarán su apoyo.

El mandatario accedió, en una carta al país, a respetar las decisiones del STF, que lo investiga por varios delitos, luego de que el país se convirtiera en un caos, con bloqueos de rutas por parte de ultraderechistas que presionaban al propio mandatario a realizar un golpe de Estado,

“Hay que tener calma. No se puede ir al todo o nada”, declaró Bolsonaro después de las críticas de sus seguidores más radicales a su cambio de tono en relación con su encendido discurso del pasado 7 de septiembre, cuando -ante una multitud- instó a desobedecer las sentencias de la Corte Suprema y lanzó duras críticas al Parlamento.

El tono desafiante de Bolsonaro dio alas a esos grupos, pero -después de una ola de críticas de todos los sectores políticos y económicos- el mandatario dio un paso atrás e instó a la “armonía” entre los poderes. Además, pidió que suspendan una protesta de camioneros que bloqueaba rutas en diversos puntos del país exigiendo la destitución del Supremo, lo cual fue aceptado por los manifestantes, aunque muy a regañadientes y con críticas a lo que consideraron “una cobardía” por parte del gobernante.

Durante 48 horas, cientos de camioneros bloquearon rutas en 15 estados, pensando que estaba en marcha el golpe contra la máxima corte, que investiga por golpismo a dirigentes bolsonaristas.

“Vamos a volver a la normalidad. El martes 7 fue un gran día”, dijo Bolsonaro el viernes a un pequeño grupo de seguidores, ante los cuales insistió en que su postura no fue un paso atrás, sino un intento de atajar el posible impacto económico de la paralización de los camioneros.

A pesar de eso, activistas de ultraderecha invadieron las redes sociales -en las que mantienen una febril actividad- para mostrar su descontento y desilusión con Bolsonaro.

“Después de una demostración de fuerza del pueblo, el presidente demuestra debilidad. Situación bien complicada para los patriotas. Bolsonaro puede haber firmado su derrota”, escribió el periodista Rodrigo Constantino, una influyente voz del bolsonarismo, según una nota publicada por la cadena alemana DW.

El pastor Jackson Vilar, organizador de muchos de los paseos en moto que suele hacer Bolsonaro, calificó al gobernante de “traidor” y declaró que ya no le tenía “el menor respeto”. En un vIdeo que divulgó en sus redes sociales, fue más allá y afirmó: “quemé mis camisetas con el nombre de Bolsonaro. No creo más en ese canalla”.

Convocatoria inesperada

La indignación de muchos bolsonaristas subió de tono una vez que se supo que el gobierno mandó a buscar en un avión al ex presidente Michel Temer fue llamado por el Gobierno para ayudar a contener el conflicto institucional y que incluso fue autor de muchos de los párrafos de la Carta a la Nación del viernes.

La desilusión entre los bolsonaristas llegó al punto que muchos de los grupos de esa base dieron apoyo a las manifestaciones convocadas por el centro y la derecha más moderada para exigir la destitución del mandatario. “Bolsonaro ha muerto por la boca, la vieja política dejó que se ahorcara con su propia cuerda ante la fortaleza del Congreso y la corte suprema”, interpretó el sociólogo Alberto Almeida, del Instituto Brasilis, autor del libro “El Voto del Brasileño”.

La destitución de Bolsonaro se convirtió en la principal bandera de las protestas realizadas ayer en diversas ciudades del país, tan solo cinco días después de las masiva movilización de tintes antidemocráticos encabezada por el líder de la ultraderecha.

La marcha celebrada fue convocada por los movimientos de centro y derecha que en 2016 movilizaron a millones de personas en todo Brasil para presionar por la apertura de un juicio político con miras a la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff, del progresista Partido de los Trabajadores (PT).

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