El 5 de octubre de 2014, el desgraciado accidente que sufrió el francés Jules Bianchi en el GP de Japón disparó no sólo el dolor de los fanáticos del automovilismo. Quienes se encargan de dotar de seguridad a los monoplazas de F-1 se pusieron firmes en agregar por fin un elemento por el cual hoy, se puede decir sin dudar, que pilotos como el francés Romain Grosjean (en noviembre de 2020 en Bahrein) y el británico Lewis Hamilton (ayer en Monza) pueden vivir para contarlo.
Los dos le deben la vida un arco de titanio de forma triangular que protege al piloto por arriba y a los lados, capaz de soportar un peso vertical de hasta 12 toneladas. Cuando el halo empezó a ser ideado (en 2009), probado (en 2011) y finalmente puesto en los bólidos (en 2015), recibió críticas de todas las formas y colores. Poco práctico, innecesario, feo, inútil, se dijo de él. A juzgar por sus resultados, esta polémica parece ya estar cerrada. Fue la mejor decisión de la F-1 en años.
“En días como hoy, recuerdo lo afortunado que soy. Se necesita una milésima de segundo para pasar de una carrera a una situación muy aterradora. ¡Hoy alguien debe haber estado mirando hacia abajo, vigilándome!”, escribió Hamilton en su cuenta de Twitter. Como para no hacerlo.
Pero, ¿qué pasó en el circuito de Monza que haya puesto en peligro la vida del campeón británico?
Hubo un encontronazo en la pista entre él y el neerlandés Max Verstappen. El de Red Bull había partido desde la primera fila. Pero más tarde tuvo una mala parada en boxes, que le hizo perder más de 11 segundos, cayendo hasta el noveno puesto. Al rato Hamilton también hizo su detención con el Mercedes. Y salió justo por delante de Verstappen. Se emparejaron en la pista, agresivos, dispuestos a no regalar nada. Ambos quisieron transitar a la par, y los autos se engancharon. El Red Bull terminó trepado sobre la cabeza de Hamilton. El curso de la rueda trasera derecha fue detenido por el halo. Por la maniobra, horas después Verstappen recibió una sanción de tres posiciones de retraso en la grilla para la próxima fecha prevista en Sochi (Rusia), el 26 de septiembre. Y dos puntos en la licencia, los únicos que suma en el período de 12 meses.
Polémicas aparte, y estado salvaje creciente en la relación entre los dos pilotos, lo importante, por lejos, es que el elemento de seguridad volvió a cumplir con su función.
Aparte de este momento pleno de angustia, el cuadro de la carrera entregó la felicidad de la victoria del extrovertido australiano Daniel Ricciardo, que volvió a ganar luego de más de tres años. Lideró un muy buen 1-2 de McLaren, escudería que volvió al triunfo después de un largo tiempo. El británico Lando Norris fue segundo, mientras que Valtteri Bottas (Mercedes) capitalizó una sanción impuesta al mexicano Sergio Pérez (Red Bull) para ocupar la tercera posición.
En el campeonato, sigue mandando Verstappen, por cinco puntos sobre Hamilton. Pero, aunque esto deje entrever una lucha interesante, lo que los dos hicieron de ella es lo que preocupa.