¿Cuánto costarán esos collares? Fue la pregunta que se hicieron las personas que llegaron a ver el video en el que Walter David Lobos aparece con el cantante L-Gante. Es un interrogante que no tiene una respuesta exacta, pero sin lugar a dudas, se trata de una cifra millonaria. O es como dice el cantante: “mirá, si vamos a andar con chquitaje, mejor no andemos”.
Los joyeros y artesanos consultados por LA GACETA dijeron que a simple vista son piezas de oro. Pero no se atrevieron hablar de un valor exacto porque no tienen el peso exacto ni pueden determinar la calidad del metal precioso.
Estimaron, con los ojos de la experiencia de haber manejado durante años joyas de oro, que los cuatro collares que tiene colgando en el cuello pesarían entre 3,6 y 3,8 kilos. Si un tucumano pretendiera venderlas, conseguiría en promedio más de $24 millones, ya que el valor del gramo cotiza entre los $6.000 y los $ 7.000.
Pero si cualquier persona va a una joyería el precio se duplica. Dependiendo de la calidad del oro y de la joya, el valor del gramo se ubica entre los $12.000 y $16.000. Si se toma un valor promedio de $14.000 el gramo, los collares que aparecen en el video tendrían un valor de $51 millones.
“No podemos decir si son finas o no porque no las tuvimos en nuestras manos para analizar la calidad del oro y las terminaciones. Pero no hay dudas de que salen mucho dinero”, destacó Julio, un joyero tucumano que por cuestiones de seguridad pidió que su apellido se mantenga en el anonimato.
El especialista sostiene que hay clientes que llegan al local con un diseño en particular para pedirles que se les haga un trabajo que es diseñado por ellos. “Sacan las formas de las cadenas de algunas revistas, de las redes sociales o hasta de una película. El dije es el elemento más personalizado. Algunos solicitan una hoja de marihuana, otros una clave de sol o una imagen de un zapatito para homenajear el nacimiento de un hijo”, comentó.
Julio repitió una y otra vez que él no recibe oro para fundir y luego transformarlo en joyas. “Eso es ilegal porque no sabemos cuál es la procedencia. Por lo que veo aquí, esos collares no tienen el sello de artesanos tucumanos”, indicó.
Fernando P., otro hombre que se dedica al rubro, coincidió con su colega. “Es muy difícil que alguien haga algo así. No estoy 100% seguro, pero me parece que esas son piezas realizadas en Buenos Aires. Hay una especie de moda de llevar esas piezas. Esas joyas, sin lugar a dudas, le dan poder. ¿Qué persona común y corriente se animaría a mostrarse con esas piezas en las calles sin temor a sufrir un robo?”, se preguntó.
Esta no es la primera vez que LA GACETA difunde la imagen de una persona sospechada de cometer ilícitos que utiliza cadenas de oro. Walter “Kuki” Caro, uno de los acusados de haber participado en el millonario robo de la galería de Mendoza al 700, se mostró en las redes sociales luciendo un collar de casi un kilo de oro. Su defensor, Manuel Pedernera, dijo que se trataba de una fantasía.
En el marco de la investigación de la causa conocida como “la industria del escruche”, se detuvo a Edgardo “El Joyero” Bornonville. En su descargo dijo que se dedicaba a vender piezas de oro. Su versión fue confirmada en un allanamiento, cuando los efectivos descubrieron que tenía anotadas compras de joyas realizadas por los Caro, supuestos narcos y dirigentes políticos.