08 Septiembre 2021
El medio ambiente no es una política de Estado, entonces, ¿por qué sorprendería que, el 29 de agosto el Día del Árbol no tuviera ningún tipo de recordación? Lo contrario habría sido para tener en cuenta, el arbolado de las veredas sigue esperando las lluvias, el de plazas y parques también. Los espacios verdes persisten, por inercia, como si la oxigenación que brindan no fuera más necesaria que nunca en esta época de pandemia que afecta vías respiratorias. Poner árboles no da votos, en campaña electoral los árboles de alineado (veredas), sobreviven, entre la indiferencia y el vandalismo, cada vez en menor número. Los lapachos en flor adelantan la primavera, los naranjos agrios con sus azahares y perfume, más las bahuinas, muestran la naturaleza que permanece y la esperanza de los nuevos frutos y semillas para multiplicar los productores de oxígeno naturales de este Tucumán llamado por Juan Domingo Sarmiento: Jardín de la República. Este jardín sigue esperando, como Lázaro, quizás a que se despierte el vivero dormido del parque Guillermina, para dotar a la ciudad de San Miguel de Tucumán, en cantidad y calidad del arbolado urbano que la ciudad más grande del norte del país se merece, para que cumplan en lo estético y en lo funcional, con su rol dentro de la ciudad.
René Carlos Roncedo
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