

KABUL, Afganistán.- Los talibanes vuelven a mostrar su verdadera cara, aunque hayan hecho promesas a los países europeos y a Estados Unidos de que harían un gobierno más moderado y no expulsarían a las mujeres de la vida pública.
La muestra está, según las imágenes que mostró la agencia de noticias de Oriente Tolo News, en la represión a las mujeres que reclaman lugares en la nueva administración política de Afganistán.
Aún con incertidumbre respecto de quiénes serán los nombres que integrarán el gobierno de Afganistán, luego de la toma del poder por parte de los combatientes islamitas, cientos de mujeres volvieron a salir a las calles de Kabul para reclamar ser incluidas en el próximo gabinete. La respuesta de los talibanes fue la represión con gas lacrimógeno y proyectiles.
“Usaron disparos y gases para dispersarnos. Incluso si cinco mujeres se reúnen en un lugar para protestar, las dispersan”, dijo una de las organizadoras de la protesta, que pidió preservar su identidad.
La del sábado fue la cuarta movilización encabezada por afganas que reclaman su inclusión en el próximo gobierno de Afganistán. Los insurgentes todavía no anunciaron cómo estará conformado el gabinete, aunque en la semana uno de los líderes aseguró que “podría no tener mujeres” al frente de los ministerios.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Pramila Patten, advirtió que la incorporación de mujeres en la futura administración será una prueba de fuego para constatar el verdadero compromiso de los talibanes con los derechos y las libertades.
Las manifestantes colocaron una ofrenda floral frente al Ministerio de Defensa de Afganistán para honrar a los soldados afganos que murieron luchando contra los talibanes antes de marchar hacia el palacio presidencial. “Estamos aquí para ganar derechos humanos en Afganistán”, dijo Maryam Naiby, una manifestante de 20 años.
La movilización empezó en el ministerio de Relaciones Exteriores y se dirigía hacia la casa presidencial en Kabul. No pudieron terminar la protesta en paz porque los insurgentes usaron gas lacrimógeno para detener el avance de las activistas. “Nos impidieron continuar la marcha y dijeron que no está permitido ir hacia el Palacio Presidencial”, dijo una de las organizadoras, que pidió el anonimato.
Otra de las participantes, Razia Barakzai, de 26 años, dijo a la cadena qatarí, Al Jazeera, que los combatientes llegaron armados y las rodearon para impedir que continuaran su marcha.
“Estuvimos tranquilas y pacíficas todo el tiempo, pero querían detenernos a cualquier precio”, afirmó. Barakzai también contó que los insurgentes les ordenaron “vuelvan a casa, cada una de ustedes, una por una” a pesar de que seguían rodeándolas. ”Era extraño, no querían que nos quedáramos, pero tampoco nos dejaban salir”, añadió.
Samira Khairkhwa, otra de las organizadoras de las protestas, insistió que continuarán “hasta que los talibanes acepten nuestras demandas, no nos quedaremos calladas ni nos encerraremos en las casas”.
Una manifestante que también participó en la marcha fue golpeada por los combatientes, según informó Sharif Hassan, corresponsal del diario estadounidense “The New York Times” que compartió en redes sociales imágenes de la activista con el rostro ensangrentado.
En Zaranj, capital provincial de Nimruz, al sudoeste del país, un grupo de mujeres salió a las calles de para exigirle al régimen talibán que garantice sus derechos básicos, según consignó, en su cuenta de Twitter, “Ezzatullah Mehrdad”, corresponsal del diario estadounidense “The Washignton Post”.
En tanto la monarquía del Golfo Pérsico en Qatar, sede de diálogos entre los talibanes, el gobierno estadounidense y el depuesto gobierno de Ahshraf Ghani, anunció la reapertura parcial del aeropuerto internacional de Kabul para reanudar los vuelos con ayuda humanitaria para Afganistán.







