Gerardo Morales: “el Gobierno sólo toma medidas electoralistas”

Gerardo Morales: “el Gobierno sólo toma medidas electoralistas”

El gobernador de Jujuy señala que Alberto Fernández no tiene un plan económico. Apoyó la lista de Cano y de Elías de Pérez y cargó contra Beatriz Ávila y contra Germán Alfaro.

APOYO RADICAL. El gobernador Gerardo Morales llegó ayer a Tucumán para acompañar las precandidaturas de Silvia Elías y de José Cano. Twitter @JCanoOK APOYO RADICAL. El gobernador Gerardo Morales llegó ayer a Tucumán para acompañar las precandidaturas de Silvia Elías y de José Cano. Twitter @JCanoOK

Gerardo Morales está atento a todos los movimientos electorales en el país. En Jujuy, que lo tiene como gobernador, el radical obtuvo un triunfo rotundo que marcó el camino para que esa fuerza se consolide en su búsqueda de más protagonismo dentro de la estructura de Juntos por el Cambio. Ayer, el mandatario llegó a esta ciudad para acompañar a la lista “Cambiemos Juntos”, que lleva como precandidatos a sus correligionarios José Cano (para el Senado) y a Silvia Elías de Pérez (para diputada) para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo 12. Morales vive a flor de piel la interna de la interna radical. Días pasados, mantuvo un cruce verbal con el senador Martín Lousteau. “Si se ha comprometido con Facundo Manes a caminar la provincia, debería estar haciéndolo. Podría caminar un poco más la provincia, aunque sea por su candidata que está segunda en la lista”, le reprochó el jujeño al ex ministro de Economía de Cristina Fernández. El economista le contestó de manera muy dura. “Para construir el futuro, no hay que ser hipócrita”, señaló y, en LN+, lanzó otra frase que golpeó más al gobernador norteño: “el ladrón cree que son todos de su condición”. La tensión radical se aflojó ayer mismo. “Me llamó y me pidió disculpas esta mañana”, comentó el jujeño durante una entrevista que le hizo LA GACETA.

-¿Qué se pone en juego durante las PASO? ¿Por qué tanta efervescencia política en las internas?

-Creo que estamos ante la posibilidad de ponerle un freno al Frente de Todos. Lo vimos en Corrientes, en la que en los barrios pobres la pelea durante las elecciones era palo y palo entre el peronismo y la UCR. Le ganamos por el 80% de los votos. Frente a la situación que atraviesa la Argentina, estamos observando que, hacia abajo, hacia los sectores más vulnerables de la sociedad, la gente está muy mal, con una inflación galopante que le daña más la posibilidad de salir de la pobreza. Aquí venimos de una situación complicada, por la pandemia del coronavirus, en el que las restricciones del año pasado han dejado muy expuestos a los asalariados, a los cuentapropistas, a los vendedores ambulantes, al quiosco de la esquina o al almacén del barrio, por mencionar algunos sectores afectados. Los bares, las confiterías y los restaurantes también están con complicaciones. Todo eso se verá en las elecciones, la de las PASO de este mes y también en las del 14 de noviembre. Todo esto sucede porque estamos frente a un Gobierno nacional que no tiene un plan económico.

-Ahora el Fondo Monetario Internacional le ha pedido precisamente a la Argentina un plan “creíble y sólido” y sugirió que desarme gradualmente los cepos...

-Cada tanto ajustan los cepos. Ahora con las restricciones a las exportaciones de la carne. Pero, insisto, todo está relacionado con las medidas que debería tomar este gobierno. No se ve un plan. Pero, además de esas cuestiones, y más allá de que nosotros en Juntos por el Cambio también tenemos diferencias, las peleas en el Frente de Todos golpean a la gestión gubernamental. El problema, en este sentido, es que hay áreas del Poder Ejecutivo nacional en las que no sabés quién manda o toma el timón de las decisiones. Están peleados todos contra todos. No se observa, como siempre ha sido una característica de esa fuerza, que haya pragmatismo en el peronismo y, por esa razón, la gestión de Gobierno hoy se ve como que está todo anárquico y debilitada. Me parece, en consecuencia, que las elecciones que se vienen serán un buen llamado de atención para el presidente (Alberto Fernández) y, por ende, para que ponga cierto orden dentro de su administración.

-El equipo económico del Gobierno anunció una batería de medidas para mejorar el poder adquisitivo de la sociedad. ¿Cree que son parches o son acciones que se sostendrán en el tiempo?

-Desde mi punto de vista no son más que parches o medidas electoralistas que no forman parte de un plan integral económico que necesita el país para volver a la senda del crecimiento.

-¿Qué debería hacerse para bajar la presión inflacionaria?

-La inflación será algo difícil de resolver. Primero, para controlarla, insisto en la idea central de que hay que tener un programa económico y no generar ruidos y desconfianza en todos los actores de la economía. Después llegará el momento de encontrar las soluciones a los problemas estructurales, que llevarán mucho tiempo. Pero estamos en presencia de un Gobierno errático que un día dice una cosa y al siguiente genera otra cuota de alta credibilidad que genera incertidumbre para la economía. Esto no hace más que causar un caldo de cultivo para que se rompa el esquema de precios relativos y cualquiera cobre lo que quiera, que es lo que está pasando en la actualidad.

-¿Cree que puede haber cambios en el gabinete o un golpe de timón?

-Creo que algunas situaciones particulares, como el escándalo en la Quinta de Olivos que salpicaron al Presidente durante la cuarentena del año pasado o fricciones en la Casa Rosada debilitan la figura presidencial. Nosotros estamos acostumbrados a observar un país presidencialista. Cuando hay debilidad, hay anarquía. No me quiero meter en las internas ajenas, pero creo que el resultado electoral puede llevar a la reflexión dentro del Gobierno. Tal vez Alberto Fernández tenga la necesidad de mostrarle a los argentinos que muestre una unidad de mando que hoy no se ve.

-¿Considera que hay una mano de Cristina Fernández en toda esta situación que pasa la gestión de Alberto Fernández?

-No lo sé, pero creo que sería bueno ver la mano de Cristina Fernández. Podés estar de acuerdo o en contra (sobre su intromisión en la gestión nacional), pero, si esto es así, daría certezas de quién está al mando, porque ella lo hace de arriba para abajo. Creo, en todo caso, que está preocupada por lo que puede pasar con el Frente de Todos si no obtiene el resultado que espera en las próximas elecciones. Me imagino ese escenario.

-La oposición viene cabalgando con la idea de ponerle un freno absoluto a las intenciones de la titular del Senado para contar con mayoría en el Congreso...

-Ese es un desafío central que nos hemos fijado en Juntos por el Cambio para las próximas elecciones: ponerle límites al oficialismo nacional y mantener el equilibrio en el Congreso. Será difícil para nosotros, pero nuestra metas es renovar aquella buena elección que tuvimos en 2017. Un triunfo para nosotros sería importante también para el equilibrio político e institucional de la Argentina.

-Mauricio Macri dijo en Córdoba que si se produce una victoria de la oposición en estas elecciones, esto obligará al Gobierno nacional a “cambiar” o irse. ¿Comparte estas expresiones?

-Un Gobierno se va cuando se tiene que ir por los mecanismos democráticos establecidos en la Constitución Nacional; no antes.

-En la interna tucumana, durante su anterior visita, compartió reuniones con distintas corrientes radicales. Hoy lo encuentra apoyando sólo a José Cano y a Silvia Elías de Pérez. ¿Qué pasó?

-Silvia y José son dirigentes que han demostrado no sólo que defienden y cuidan los intereses de los tucumanos, sino también el de todo el pueblo argentino. Estuvieron en los peores momentos de la lucha contra el kirchnerismo y siguen en la misma línea. Con sus trayectorias, aportan toda su experiencia a los dirigentes más jóvenes. Son la mejor opción para Tucumán y por eso estoy aquí, acompañándolos. Los banco a morir. Pero también debo decir que no es el caso de Beatriz Ávila, que ingresó como diputada de la mano de Juntos por el Cambio y terminó votando con el actual Gobierno. Ella terminó defraudando al pueblo tucumano que la votó para que sea oposición y luego se dio vuelta. ¿Quién nos garantiza que no tomará la misma postura si llega nuevamente al Congreso? Además, su esposo, el intendente Germán Alfaro es un precandidato testimonial y, con su postulación, no hace más que allanarle el camino para que un concejal que responde al gobernador Juan Manzur se quede con la intendencia. Está claro ver para quién juega Alfaro.

-Pero el intendente ha denunciado un golpe institucional con la insistencia de su pedido de licencia...

-No lo sé. No quiero poner palabras fuertes en mi boca. Pero todo es más claro que el agua: es un candidato testimonial; va en la lista con su mujer y le allana el camino a la intendencia a Manzur.

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