Por Santiago Re y Guadalupe Norte 01 Septiembre 2021
DERECHO AL CALABOZO. Uno de los cordobeses que fue detenido en “La Docta”, al llegar a la provincia.
En el mundo del hampa también existen palabras que tienen su significado. Por ejemplo, “mula” se usa para definir a la persona que traslada droga para otros a cambio de dinero. Pero con el correr del tiempo, los avances tecnológicos y la aparición de nuevas modalidades delictivas, esos términos van mutando. Ahora se denominan “muleros bancarios” a las personas que se dedican a abrir cuentas para que las organizaciones que realicen estafas telefónicas las utilicen.
Emiliano Serafino tiene 28 años. Es uno de los nueve cordobeses que fueron extraditados desde Córdoba acusados de cometer ese tipo de delitos. Es dj y ayuda a su padre hacer trabajo de pintura en casas de su Río IV natal porque le falta un brazo. “Fui engañado por Alexis Sosa, un amigo de toda la vida”, dijo el joven, el único de los procesados que brindó datos sobre la maniobra delictiva durante la audiencia y que pidió seguir detenido en esta provincia.
“Él me cagó, literalmente, la vida”, dijo con su inconfundible tonada cordobesa. “En la pandemia sufría una sequía económica porque no podía trabajar. Ese supuesto amigo me dijo que necesitaba que le abra cuentas para que él realizara operaciones de compra y venta de criptomonedas o dólares. A cambio, me tiró hasta $1.500 de comisión; nunca más que eso”, explicó para dar detalles sobre cómo era la operatoria.
Los otros nueve imputados no dieron detalles sobre cómo quedaron vinculados en siete casos en los que los estafadores cibernéticos se apoderaron de más de $3,5 millones. Solo uno de ellos tenía trabajo registrado, los demás eran amas de casa (tres), cadete, pintores, vendedora de empanada y obreros de la construcción.
Pero no todos los acusados son considerados por el fiscal Manuel Leguizamón como “muleros bancarios”, ya que en los allanamientos lograron secuestrar varios elementos que indicarían que ocupan un lugar mucho más importante en ese tipo de organización. Por ejemplo, incautaron varias tarjetas de débito con las que habrían extraído el dinero que se apoderaban con sus maniobras; un posnet para obtener el dinero simulando hacer las compras y una computadora valuada en $400.000. Además, fuentes cercanas a la investigación relataron que en la casa de la imputada que lloró pobreza durante la audiencia, se encontró un Peugeot 308.
Operatoria
Serafino, que podría ser considerado como un testigo arrepentido, dijo que él no tenía nada que ver con esas maniobras. “Abrías las cuentas y les entregabas todo. Nunca las manejé y siempre eran ellos los que venían a casa a darme esa plata”, explicó el joven.
Fuentes cercanas a la investigación confirmaron que los “muleros bancarios” realizan movimientos a cambio de muy poco dinero. “Hemos detectado que se hacían movimientos por millones de pesos y que sólo les dejaban menos de $5.000. Estamos seguros de que ni siquiera saben en lo que están involucrados”, comentó el pesquisa.
De estos 10 imputados, según los investigadores, Serafino y María Florencia Náñez habrían actuado como “muleros bancarios”. La mujer, que reside en la localidad cordobesa de San Francisco, dijo que vivía en una situación de extrema pobreza y que subsistía por el dinero que ganaba su padre. Madre de tres hijos menores de edad, uno de ellos con problemas de epilepsia, en un principio prefirió no hablar, pero estaría en condiciones de romper el silencio en cualquier momento.
Sin saberlo, los acusados que se dedicaban a prestar sus nombres podrían ser acusados de otros delitos más graves. Por ejemplo, enriquecimiento ilícito o lavado de activos provenientes de una actividad ilícita. Y, si se comprueba que formaban parte de una organización, los podrían acusar de integrar una asociación ilícita.
“Soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de limpiar mi nombre. Sólo le presté el nombre a ese desgraciado. Quiero que pague por todo lo que me hizo”, señaló.
Duro trabajo
Dar con los nombres de los responsables de estas maniobras demandará una ardua tarea. “Son personas que conocen muy bien el oficio, que operan en el sistema financiero con nombres de terceros y que realizan varios movimientos de dinero”, argumentó el fiscal al conseguir que el juez Alejandro Tomas declarara la causa como compleja.
El representante del MPF dijo que no todos los detenidos tienen la misma imputación. A los “muleros”, por ejemplo, se les endilga haber prestado sus nombres y por más que no hayan sabido el origen de los fondos, deberían haber informado al banco que en sus cuentas se hacían depósitos de más de $150.000. “Otros, directamente, está probado que llamaron desde sus celulares para cometer las estafas, por lo que su situación es más grave”, concluyó. En los últimos tiempos, la Justicia Federal ha decidido actuar de otra manera con las “mulas” que son detenidas trasladando drogas. Analizando cada situación en particular, con una perspectiva de género, no las acusan de cometer ningún delito si se comprueba que fueron arrastradas por su vulnerabilidad.
Demorados: los cordobeses no pudieron regresar a su provincia
Pese a que el juez Alejandro Tomas había ordenado que los nueve imputados cumplan con el arresto domiciliario en sus viviendas de Córdoba, los acusados siguen encerrados en nuestra provincia esperando que se resuelva su situación procesal. Los cinco hombres están alojados en la flamante seccional 15 y las mujeres, en un calabozo especialmente diseñado en la seccional 11. La demora obedece a que el fiscal Marcelo Leguizamón impugnó la resolución del juez, por lo que debe desarrollarse una nueva audiencia. Tomas les había dictado la prisión preventiva por tres meses con la modalidad de arresto domiciliario. Había dispuesto que el Estado se hiciera cargo de su traslado hasta su provincia de origen.
Detalles del caso
El Ministerio Público Fiscal detuvo a 10 personas acusadas de cometer siete estafas con las que obtuvieron $3,5 millones.
El fiscal Marcelo Leguizamón está investigando más de 2.000 causas de este tipo de ilícitos cometidos en lo que va del año.
Córdoba aparece como la provincia donde están afincados los grupos que se dedican a realizar estas estafas a través de diferentes mecanismos.