Para la gran mayoría de los fanáticos del fútbol, la jornada deportiva de ayer tenía un condimento que la convertía en especial. Lionel Messi estaba entre los concentrados por primera vez en la Liga 1. El comienzo de una nueva era en el fútbol resultaba inminente.
Mauricio Pochettino tenía en sus manos la posibilidad de alinear por primera -y tal vez única- vez al tridente compuesto por Messi, Neymar y Kylian Mbappé, el trío denominado “MNM” por los fanáticos parisinos que se ilusionan con esa delantera. Sin embargo el técnico argentino decidió dejar a su compatriota en el banco.
Dos goles de Mbappé puso el partido 2-0 sobre Stade Reims y recién ahí, Pochettino mandó a la cancha Messi. Iban los 65 minutos, pero por segunda vez en pocos minutos se postergaba el debut del tridente estelar, porque “Ney” fue reemplazado por el rosarino. Tal vez la intención de Pochettino fue dejar a Mbappé para que juegue algunos minutos con Messi y ver si de esta manera el francés termina desechando las ofertas del Real Madrid.
El rosarino en la cancha tuvo muy poca participación, generó algunas infracciones para su equipo, pero se lo vio impreciso con la pelota, entendible si tomamos en cuenta que no jugaba desde la final de la Copa América en el Maracaná, el 10 de julio. Sin embargo, hubo tiempo para una combinación entre Messi y Mbappé, el rosarino se quitó dos hombres de encima y habilitó a Kylian que corrió hasta el final del campo de juego e intentó devolver la pelota. Un buen cierre de la defensa desconectó las intenciones de las estrellas del PSG. ¿Habrá sido la única pared que construyeron juntos? La respuesta la tiene el francés, tentado por Real Madrid en un libro de pases que ya tiene las horas contadas. Mañana se cierra el mercado europeo y en caso que PSG pierda al delantero campeón del mundo, tendrá que realizar una gestión en tiempo récord para encontrar un reemplazante, que podría estar entre Erling Haaland o Robert Lewandowski.
Apenas unos minutos disputó Messi tras la consagración en Brasil y ya pasaron 50 días de la épica final, mucho tiempo de inactividad que se notó en su debut en PSG y que intentará maquillar en la triple jornada de Eliminatorias Sudamericanas que tiene por delante. El primer paso será el jueves ante Venezuela. Es por eso que hoy mismo estará viajando desde París, en su avión privado a Caracas, para esperar el duelo con la “Vinotinto”.
Allí ya lo esperan Franco Armani y Julian Álvarez, los futbolistas de River fueron los primeros en llegar a tierras venezolanas. La seguidilla de partidos con la “Albiceleste” incluirá también la revancha ante Brasil, el próximo domingo (desde las 16) y el reencuentro con el público argentino en el Monumental, cuando enfrente a Bolivia. Serán días agitados para “Lio”, que ya dejó atrás el debut con nuevo equipo para subirse en su avión junto con sus compañeros Leandro Paredes y Ángel Di María y vestirse nuevamente de celeste y blanco. Aun con una pequeña dosis de fútbol en el camino, los hinchas argentinos están ilusionados con volver a ver al “10”, que ya se sacó la espina de gritar campeón.