Con la mayoría de las actividades ya flexibilizadas y saliendo de las épocas de frío, cuando se creía que el virus haría más daño, Argentina se concentra en avanzar en el plan de vacunación para hacer frente a lo que parece ser el peor villano que apareció desde que la el SARS-CoV-2. apareció en Wuhan: la temible variante Delta. Sin embargo, al decir del neumonólogo y gerontólogo formoseño José Manuel Viudes, esta variante es muchísimo más inteligente de lo que se creía. “Ya no se mimetiza como algunas de las anteriores. Directamente cambia y reconocerla es muy difícil”, advierte. Y deja un concepto más que preocupante: “la gente creyó las buenas noticias que les da el Gobierno y la realidad es que así como estamos nos vamos a dar contra la pared y si no aceleramos con la vacunación esto va a ser un desastre”.
Viudes, coordinador de la unidad de enfermedades obstructivas: Asma y Epoc del Hospital Italiano de Buenos Aires, cree que estamos desinformados. “El optimismo que pretende contagiar el Gobierno es un arma peligrosa, y nos van a encerrar severamente. Delta tiene una mutación tras otra. Se dio cuenta de que en verano puede hacer más daño. Y tiene razón. Con las altas temperaturas, a los argentinos nos encanta sociabilizar. Y allí es donde se va a dar el caldo de cultivo de lo peor que nos puede pasar. El virus se dio cuenta de que en invierno nos cuidamos más, y en verano nos relajamos. Tenemos buenas vacunas, pero septiembre y octubre van a ser meses muy duros, con muchos niños en los colegios que se van a contagiar, van a contagiar a todos. Va a ser una pesadilla”, dice.
Las mutaciones
El especialista cita a quien considera la persona que más sabe de covid del mundo, Edward Holmes, quien afirma que mientras los otros coronavirus mutan menos de una vez por año, Delta ya lo hizo tres veces en estos meses. “Eso le da más tiempo para sobrevivir, sube su complejidad y se vuelve más severa, lo que le permite evadir los anticuerpos en menos tiempo y provocar que las vacunas que se aplican no sean efectivas”, explica.
“Hay quienes dicen que la variante Manaos se comió a Delta y por eso todavía no tenemos tantos casos, pero es al revés. Lo que pasa es que Delta toma otros caminos y aparece donde no la esperamos. Nos va a traicionar nuestro argentinismo, creernos que somos especiales”, afirma. Y hace una analogía futbolera: “si ponemos controles con detectores de huellas digitales en las puertas de las canchas vamos a descubrir quiénes son los barra bravas que no pueden pasar y los detenemos. Pero Delta es el más peligroso de los barra bravas, el problema es que cambia de identidad. El detector de huellas no lo puede reconocer. Y pasa, y cuando pasa hace desastres. Es lo que va a suceder en Argentina”. Según Viudes, Delta se puede confundir con un resfriado. “No sabemos en realidad qué tenemos. Es muy traicionera, no da los síntomas de las anteriores como pérdida del olfato, del gusto o cefalea. Da dolor de garganta y resfrío. Se dio cuenta de que los pacientes que más transmitían eran los que menos pérdidas de olfato y gusto tenían. Entonces creemos que es un resfriado y a los pocos días ya tenemos una carga viral altísima a nivel nasal y bucal que contagia en segundos”, relata.
Viudes cree que es fundamental testear, vacunar y mantener los cuidados personales. “Hoy hay que pensar que todo paciente con síntomas raros respiratorios tiene coronavirus. Tenemos que ir a los colegios y testear a los chicos. Cuando la ministra (de Salud, Carla) Vizzotti dice que el número de positivos que tenemos es muy bajo es porque se testea poco. Si buscamos en serio vamos a ver que mucha gente ya está con Delta. En estos dos meses la batalla se va a librar en todos lados”, afirma.
Hay que ser precavidos
Viudes asegura que “hay médicos que dicen que esto se terminó, pero es mentira. Con las ganas de joda que tenemos, vamos a salir y nos va a reventar. Prefiero ser precavido que optimista”, revela. A pesar de lo alarmante que describe, el experto cree que el plan de vacunación avanza. “Lo de la combinación de vacunas me parece buenísimo. El virus está esperando que le peguen en el mismo lugar que le dieron la primera vez, pero con el cambio de vacunas el golpe es en otro lado y mucho más efectivo”, grafica. También reclama que le volvamos a tener respeto y temor al virus. “Uno va por la calle y ve gente sin barbijo, o que se lo pone mal. Es inconsciente. El barbijo nos va a acompañar mucho tiempo y tenemos que saber usarlo, sobre todo en aglomeraciones de gente. A este virus no le interesa matarte, le interesa reproducirse. Por eso ahora va por los jóvenes, muchos de los cuales no están vacunados. Así contagia más rápido. El techo de la capacidad de contagio todavía no se tocó. Lo tenía el sarampión que es más de tres veces contagioso, pero no debemos dejar que este virus se acerque a eso o la vamos a pasar mal con todo colapsado. Hasta el 6 de enero, con todas las fiestas que va a haber en verano se puede hacer un festín”, dice.
La responsabilidad
Viudes afirma que Argentina es el octavo país con mayor mortalidad del mundo. “Y encima asistimos a imágenes nefastas como las fiestas en Olivos. Hay que tener más responsabilidades. Por eso si ellos (los dirigentes políticos) van a ser malos padres, nosotros tenemos que ser hijos responsables. Si nos cuidamos todos, podremos salir. Pero tenemos que dejar de lado el optimismo bobalicón. Este virus te puede dejar vivo, pero con muchísimas secuelas, y no sabemos las consecuencias que vendrán después. Los gerontes, por ejemplo, adelantaron cinco años su enfermedad neurológica para peor. Es verdad que la gente está cansada de las restricciones y tienen razón. Ya este gobierno no tiene autoridad moral para suspender nada, pero nosotros tenemos que ser responsables. No hay otra salida”, finaliza.